Desde 1956, cada 1 de octubre se celebra el Día del Periodista Peruano en reconocimiento a la esforzada labor que asume el periodista para mantener informados del acontecer nacional e internacional a todos los ciudadanos.
En 1790, Francisco Cabello y Meza, quien utilizaba el pseudónimo de Jaime Bausate y Mesa, fundó el “Diario de Lima”, la primera publicación periodística que tuvo circulación regular en el Perú.
Este hecho hizo que en 1950 el Congreso Nacional de la Federación Peruana de Periodistas fije el 1 de octubre como el Día del Periodista, siendo oficializada en 1953 por un decreto supremo.
Como se sabe, el periodista es la persona que se dedica profesionalmente al periodismo, en cualquiera de sus formas, ya sea en la prensa escrita, como en la documentación fotográfica, radio, televisión o medios digitales. Su trabajo principalmente se basa en la investigación y descubrimientos de temas de interés público que primero son verificados para luego ser publicarlos en un medio escrito o en un medio web.
Muchas veces su afán por encontrar la noticia lo ha puesto en situaciones de peligro. Un claro ejemplo de ello es lo ocurrido en Uchuraccay, Ayacucho, donde 8 valerosos periodistas perdieron la vida en manos de unos comuneros que se encontraban en el lugar. Épocas difíciles para el periodismo peruano.
Bien lo describió Gabriel García Marquez en su discurso ante la 52ª asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) el 7 de octubre de 1996:
“Pues el periodismo es una pasión insaciable que solo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no la haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir solo para eso podría resistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente.”