El 8 de diciembre de cada año se celebra en el Perú y en otros países del mundo el Día de la Inmaculada Concepción, también conocida como Purísima Concepción. Esta festividad celebra que la Virgen María haya permanecido virgen antes, durante y después del parto, de esa forma estando libre del pecado original a partir del instante de la concepción de su hijo Jesucristo.
Este dogma desarrollado por la Iglesia Católica sostiene que Dios preservó a María desde el momento de su concepción, de toda mancha o efecto del pecado original de Adán y Eva que había de transmitirse a todos los hombres por descendencia. De ahí la expresión del arcángel Gabriel «llena de gracia» (Gratia Plena), reflejado en la Biblia.
El Día de la Inmaculada Concepción se celebró por primera vez en España en el año 1644, siendo declarado como día festivo en el año 1854 por el Papa Pío IX, teniendo en cuenta las peticiones recibidas de distintas universidades del mundo.
Se celebró una congregación en la Basílica de San Pedro (Roma, Italia) con más de 200 obispos y embajadores y miles de fieles presentes, con el siguiente anuncio: «Declaramos que la doctrina que dice que María fue concebida sin pecado original, es doctrina revelada por Dios y que a todos obliga a creerla como dogma de fe».