Por: Alfredo Alvarado Enciso
La pregunta no es nueva entre los economistas y empresarios, y aquí pretendemos absolverla.
Primero, el costo de regulación o laboral no es el principal obstáculo de las empresas. Según lo reportado por empresas peruanas (ver detalle en https://dx.doi.org/10.18235/0001653), la principal preocupación es el acceso al financiamiento. De hecho, sucede lo mismo en otros países en desarrollo.
Segundo, las empresas informales rara vez transitan hacia la formalidad, incluso cuando los costos legales bajan. Por ejemplo, un experimento en Brasil donde se hicieron varias políticas en paralelo: reducir los costos legales, aumentar la fiscalización, y dar información sobre cómo formalizarse, arrojó como resultado que solo la fiscalización funcionó.
En otro estudio donde se le dio dinero a los informales para cubrir los costos de registrarse tuvo el siguiente efecto: no hizo casi nada a la formalidad y solo las ganancias de un grupito aumentan.
Puede cuestionarse que el tema no es el costo de registrarse sino de mantenerse en la formalidad. Al respecto, en otro estudio se analizó el efecto de reducir no solo el costo de entrada sino los costos de seguridad social, o sea, de mantenerse formal. El efecto: sí aumentó la formalidad pero muy poquito y mal.
Se terminó recaudando menos en el tiempo luego de un análisis costo beneficio. Es decir, reducir los impuestos fue contraproducente. Esto no quiere decir que no haya estudios que indican que reducir impuestos aumenta formalidad.
Por ejemplo, Monteiro & Assunção mostraron que el sector comercio se benefició de la reducción de impuestos en Brasil. Rocha, Ulyssea, & Rachter explican que la reducción de costos laborales favorece a empresas formales de alta productividad, aumenta el salario de los trabajadores, y perjudican a las empresas formales menos productivas.
¿Qué evidencia hay para Perú? Un experimento en el que se intentó formalizar trabajadores en Lima dándoles dinero para pagar el costo del permiso municipal es interesante.
Pese a que las empresas decían que preferían ser formales, solo 1/4 aceptó el dinero. Y los que aceptaron, fue por las puras. Operar con licencia no tiene ningún efecto en indicadores de desempeño de las empresas (Jaramillo, & Alcázar).
Otro estudio sobre la ley Mype 2003 (ley que reduce costos laborales para pequeñas empresas) mostró que las empresas que se acogieron a esta ley tenían menos ganancias que las que no se acogieron (Chacaltana, 2008).
Otro enfoque muestra que el aumento de los costos laborales (indemnización y reposición por despido arbitrario) estimuló el contrato temporal (Jaramillo, Almonacid, & Flor), lo que a la larga perjudicó a los trabajadores. Sin embargo, este estudio omite la tendencia histórica desde la reforma laboral de los 90s.
En una investigación que revisa 36 estudios sobre políticas para reducir informalidad en el mundo, se destaca: 1) formalizar trabajadores es más efectivo que formalizar empresas. Es más fácil aumentar la fiscalización de trabajadores informales en empresas formales, 2) políticas combinadas son más efectivas que políticas aisladas. No solo aumentar inspección sino inspección + campaña de información; y 3) reducción de impuestos funciona, pero poco y se debe tener cuidado con terminar peor: menos recaudación.
Como reflexión final, aumentar formalidad no debería ser un objetivo en sí mismo, sino incluir a los trabajadores a un sistema de salud de calidad y mejorar la recaudación precisamente para mejorar la calidad de los servicios públicos.
El problema de la informalidad es multidimensional (bajo capital humano, baja productividad, debilidad institucional, etc). Es simplista y, cuanto menos, sesgado reducirlo a un problema de costos laborales altos a la luz de la evidencia económica.
(*) Magister en Economía Aplicada por la U. de Essex (Reino Unido)
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