Agentes económicos aprovecharán la situación para subir más los precios
Ejecutivo eligió el peor momento para implementar medida y se ha ganado un problema, opina César Gutiérrez.
Por Reyna Cárdenas A.
El alza del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) a los combustibles terminará afectando a la economía familiar más de lo previsto. Así lo estimó el experto en hidrocarburos César Gutiérrez, quien sostuvo que el 0.2% de impacto en la inflación que ha estimado el Banco Central de Reserva (BCR) a causa de la medida no necesariamente se dará en la práctica.
Al respecto, señaló que casi el 52% de combustibles líquidos que se consumen actualmente corresponden al diesel, que es usado principalmente por el transporte de carga interprovincial. Como ellos no tienen la opción de migrar a opciones menos contaminantes –y por tanto no gravadas– como el gas natural, seguirán usando los mismos combustibles, por lo que trasladarán el incremento de precios a quienes tomen sus servicios, y entre ellos están los comerciantes de alimentos.
“Se supone que en el precio de los alimentos que se transportan, el combustible pesa aproximadamente 15 a 18%, y bajo ese supuesto teórico la inflación sube 0.2%. Pero en la realidad esto de acá (el alza del impuesto) es aprovechado por los agentes económicos –llámese mayoristas, o transportistas mismos que proporcionan el servicio–, que no pierden la oportunidad de dar un (incremento) adicional a los márgenes que tenían bajo el pretexto del ISC, y eso se va a ver a fin de mes”, dijo a La Razón.
El expresidente de Petroperú sostuvo que esta situación terminará siendo un problema para el Gobierno porque va a generar mucho descontento, pues incluso ya se anuncia un primer paro de transportistas. Y esto a pesar de que –agrega– el incremento en el precio de los hidrocarburos no se debe solamente al ISC sino también al aumento del precio internacional del petróleo.
En tal sentido, consideró que la medida ha sido inoportuna, ya que el mejor momento para subir este impuesto es cuando el precio del crudo está bajo, lo cual ocurrió desde el 2015 en adelante. ¿Por qué? Porque de ese modo se evita que haya un impacto negativo por baja recaudación.
“En la gasolina se cobran otros dos impuestos y en el diesel se cobra uno, aparte del ISC. En la gasolina está el impuesto al rodaje, y en ambos el IGV, que son porcentajes del precio. Entonces, cuando hay una baja en los precios, la recaudación por rodaje e IGV baja también; por eso el Selectivo –que no es un porcentaje sino soles por galón– en estos casos se sube, de tal manera que el efecto sobre la caja fiscal es neutro”, explicó Gutiérrez Peña.
“Pero eso no se ha venido haciendo pues, en las postrimerías del gobierno de Ollanta Humala se dejo eso de lado, y cuando entra la gestión de (Pedro Pablo) Kuczynski tampoco se hace. Por eso es que el ministro de Economía (David Tuesta) se queja de la caída de la recaudación en el tema de los combustibles, pero eso se debe a que los precios fueron cayendo y no se tomaron las medidas correctivas del ISC”, agregó.
Factor contradictorio
Gutiérrez sostuvo que, si bien hoy se importan combustibles más limpios, también se debe tener en cuenta los gases de escape que emite el vehículo, que son más perniciosas si este es más antiguo. Por ello consideró contradictorio que el Gobierno justifique estas medidas en el tema ambiental y por otro lado le suba el impuesto a los vehículos nuevos.