Cada año el pueblo azerbaiyano conmemora a sus compatriotas masacradas en uno de los actos más brutales contra la población civil en la historia, evento conocido en el mundo como Enero Negro.
El 20 de enero de 1990, con la instrucción directa de entonces mandatario soviético M. Gorbachev, 26.000 tropas soviéticas marcharon sobre Bakú a fin de reprimir el movimiento de independencia en Azerbaiyán y la voluntad del pueblo azerbaiyano quien condenaba la posición injusta de las autoridades soviéticas respecto a la agresión que sufría Azerbaiyán del vecino Armenia.
Azerbaiyán fue el primer país entre las repúblicas ex soviéticas en iniciar un movimiento decidido hacia la independencia. Ese día el acto de masacre ejecutado por las tropas soviéticas contra la población civil con una crueldad sin precedentes dejó 133 muertos y 700 heridos, entre ellos mujeres, niños y ancianos. Esas personas inocentes fueron sometidos a la matanza por la cruel maquina soviética por solo expresar su desacuerdo en una marcha pacífica.
La invasión, además de ser realizada como la respuesta violenta a la demanda popular de independencia en Azerbaiyán, fue también una advertencia deliberada a otras repúblicas de la Unión Soviética con aspiraciones parecidas.
Pese a sus consecuencias trágicas, el día de 20 de enero se marcó en la historia de Azerbaiyán como uno de momentos más gloriosos. La intervención sangrienta de las autoridades soviéticas no pudo fracturar la firme voluntad del pueblo azerbaiyano y su anhelo deseo de libertad.
Tropas soviéticas finalmente tuvieron que retirarse de Bakú y Azerbaiyán declaró su independencia el 18 de octubre del año 1991.
A pesar de la posterior agresión y ocupación militar del 20% de su territorio por parte de vecino Armenia durante casi 30 años y la limpieza étnica de 1 millón de su población, Azerbaiyán consolidó su independencia y se convirtió en el líder económico regional.
Hoy, el pueblo azerbaiyano vuelve a tributar honores a víctimas de Enero Negro, quienes pagaron el precio más alto por la libertad y grabaron sus nombres con su sangre en la página de honor de Azerbaiyán.
La conmemoración de este año coincide con otro acontecimiento histórico – la victoria en la Guerra de Patria y la liberación de los territorios de Azerbaiyán ocupados por Armenia.
Hijos de los mártires caídos en 1990 repitieron el heroísmo de sus padres y entregaron su vida por la recuperación de la integridad territorial de su Patria, por lo cual para siempre permanecerán en la memoria y el corazón del pueblo azerbaiyano junto con sus padres.
