Hay un dicho que siempre repito y la verdad que cada día me convenzo más de su contundencia: “Tú eres lo que haces, no lo que dices”.
Eso le calzaría precisamente al señor Francisco Sagasti, a la señora Violeta Bermúdez y a la doctora Pilar Mazzetti. Hemos escuchado entre estas tres personas, un promedio de cuatro mensajes a la Nación por semana, en el último mes.
Desde el primer día donde Sagasti salió y nos mintió al decir que había firmado un convenio, mejor dicho que había “concretado un acuerdo”, con la empresa Sinopharm de China, para la entrega de 38 millones de vacunas.
Desde ahí nació la mentira, porque las vacunas implican dos tomas y eso se reduce a la mitad, a eso se le tiene que quitar la merma, que es un 10% aproximadamente.
Después, nos hemos enterado que el próximo día 9 va a llegar el primer lote de vacunas, el cual alcanzará para 450 mil peruanos, siendo primero las enfermeras, doctores, trabajadores de los hospitales del Minsa, EsSalud, sistema Sisol y los hospitales regionales.
Eso demorará en vacunar dos meses, y de ahí en adelante no tendremos más noticias, porque la señora Astete, o bien se fue de boca o nos dice la verdad a cuenta gotas, o hay una administración de las mentiras, nosotros todavía estamos por firmar contratos con la misma empresa Sinopharm, por medio millón de vacunas para febrero y 1.5 millones para marzo. Pero no hay nada más que eso.
Luego, nos hemos enterado por la señora Angela Merkel, Canciller alemana, con respecto a todos los problemas que hay para el suministro de las vacunas Pfizer, Oxford AstraZeneca, o cualquier otra de las vacunas importantes que hay en el mundo, inclusive la Moderna, de EE.UU, o la Johnson & Johnson.
El hecho es que las fábricas no se dan abasto para satisfacer la demanda de sus clientes y muchísimos países han sobre pedido y tienen que cumplir con los contratos firmados, y hay problemas de fabricación y de suministro.
La revista de reputación mundial “The Economist” ha afirmado que a Perú comenzarán a llegar las vacunas para una inoculación masiva, a mediados del próximo año.
Y la verdad es que yo le creo más a “The Economist” que al señor Sagasti o que a cualquier gobernante del Perú. Vemos que se empecinan en que los contratos son absolutamente secretos, en que no quieren establecer contacto directo con representantes, no se les da la gana de comprar a intermediarios, y desgraciadamente no tenemos contratos con ninguna de las empresas importantes del mundo.
Todo está en veremos y por supuesto tienen un apoyo mediático inmenso, donde los dueños de los medios de comunicación han alquilado sus páginas o las pantallas de sus televisores, para cubrir ineficiencias que son inexcusables, en el caso del Gobierno de Vizcarra, y en este mismo régimen, con el denominador común que la señora Mazzetti ha sido Ministra, transversalmente.
Es una situación horrible donde nos sazonan esta desventura con encuestas que tienen unas 50% entre el porcentaje mayor de la gente que no sabe o no opina, otra tiene 30% de las mismas circunstancias. Ya nos hacen dudar de nivel de eficiencia y sobre todas las cosas cuando ponen márgenes de error de 2.5% nos terminamos enterando que cualquiera podría ganar, hasta el que no figura en las encuestas.
Hoy más que nunca, las encuestas son instrumentos de propaganda, para quien la contrata. Siguen siendo una vergüenza las empresas que se dedican a hacer eso y publican una cantidad de sandeces los analistas, con respecto a lo que supuestamente dicen las encuestas.
Yo me pongo a pensar si esos analistas tienen cabeza o también son rentados. A quién en su sano juicio va a tomar la decisión de tomar un producto, por otro, por un camino, por otro, por una opción o por otra, cuando hay una cantidad de números que no se condicen con la realidad.
Pero en fin, es parte de la danza democrática, supuestamente, en donde cada medio tiene su padrino, y en donde cada padrino pone su ahijado favorito en las encuestas.
(*) La Dirección no se hace responsable por los artículos firmados.