La economía no tiene un rumbo definido, sus peligros son la corrupción, los escándalos y la falta de convicción y seriedad de los poderes legislativo y Judicial. Hay baja productividad, pésima educación, deficiente sistema de salud demostrado con la covid–19, debilidades de infraestructura física, desigualdad social y la informalidad. (Michael Porter).
Tenemos un Estado predatorio y una burocracia paquidérmica compleja y trámites inmanejables que faciliten la inversión, el Estado no funciona y nuestro aparato estatal es ineficiente y cuando se trata de crear las condiciones para generar riqueza, abdica de sus funciones; cuando se relaciona con la inversión privada, las señales son para trabarla. Los burócratas usan su autoridad para maximizar sus beneficios personales.
Hay pobreza extrema, conflictos sociales, difícil acceso a servicios básicos, no se tiene contacto con el Estado y si se tiene, se le ve como un enemigo igual que al Poder Judicial, Ministerio Publico, los pobres viven en precariedad, y desconectados de la sociedad. ¿Dónde radica el problema? El estado se debe preocupar por el ciudadano, proteger sus libertades y derechos.
Estamos en una tormenta de factores financieros, peores condiciones crediticias, carencia de una agenda consensuada de políticas públicas, con una endémica corrupción que desacredita a la clase política por los escándalos y la ausencia de acción eficaz de la justicia que genera desconfianza de los inversionistas, hay inseguridad ciudadana, oligopolios empresariales, más el rebrote de la pandemia de la covid-19.
Sin confianza el PBI se retrae, la gente deja de consumir y ahorra bajo el colchón. La crisis política por la corrupción que toca la estructura del Poder público y privado, y la falta de acción eficaz de la Justica, sobre hechos de corrupción no investigados, ni castigados, han retraído la confianza, este factor es pilar de la economía, y si se pierde, cae la inversión y el consumo, retrayendo la actividad económica e impidiendo que el Estado recaude tributos afectando la caja fiscal.
La confianza es el fundamento de los éxitos y fracasos económicos, por tanto, no debemos aceptar autoridades que no saben gobernar y tecnócratas que dan solo recetas bien pagadas y que están ubicados en puestos burocráticos por años.
La reforma del Estado implica cambiar la estructura del aparato institucional y modificar la visión política, como proveedor de soluciones a los problemas de la sociedad. ¿Son las políticas públicas suficientes para el crecimiento del país? ¿Es el funcionamiento institucional del Estado lo que debe cambiar?
Estamos sin rumbo, seguimos con la política de cajeros, no hay una reestructuración del presupuesto de la Republica con las reasignaciones y los recortes radicales que se debe efectuar, tampoco se utiliza al sistema de planeamiento como herramienta de gestión gubernamental, todo lo contrario, se acusa a los Gobiernos Regionales que no saben gobernar y que no tienen capacidad para ejecutar el presupuesto anual que se les asigna.
Se debe pensar en el mediano y largo plazo para apoyar la inversión que al tener beneficios incremente la economía doméstica y se logre generar empleo con sueldos dignos, incrementando la productividad del trabajador.
Nuestro problema es el carácter inestable del crecimiento que con la actual situación será mayor.
(*) Economista
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