Apropósito del debate de los candidatos presidenciales de la semana pasada que organizó el Jurado Nacional de Elecciones, el colmo ha sido el haber observado a políticos que todavía tienen ligazón con compañías corruptas como Odebrecht y el Club de la Construcción.
Ambos han esquilmado al Perú durante muchos años robándole miles de millones de dólares, sin embargo, en el gobierno corrupto del “lagarto” Martín Vizcarra obligaron a sus operadores a firmar convenios de colaboración eficaz con las compañías constructoras cuestionadas que perjudicaban económicamente al estado peruano a cambio de dar supuesta información privilegiada de nombres de cientos de políticos y empresarios nacionales que se habrían beneficiado con operaciones torcidas.
En algún momento se habló que los brasileños de la corrupta Odebrecht iban a dar una lista de cientos personajes que habrían recibido sobornos de la compañía brasileña denominada “los codinomes”.
Nada de esto sucedió, en sus declaraciones judiciales más allá de algunos refritos ofrecidos y algunos detalles repetitivos de operaciones fraudulentas, no se vio, casi, nada nuevo. Por ello el Estado perdió, negoció en desigualdad de condiciones impulsado por el gobierno de Martín Vizcarra y sus operadores que se contaban no solo en las Procuradurías sino en otras instituciones. El propio Vizcarra tenía una empresa familiar que había hecho negocios con Odebrecht, además de haber sido coimeado por el Club de la Construcción. Hicimos el ridículo con los acuerdos de delación premiada con las compañías criminales y fuimos pocos los que protestamos hace dos y tres años.
Es por ello que hoy en día son pocos los candidatos a la presidencia que hablan claro contra estas compañías criminales y lo que harían de llegar a la presidencia. En el club de los lagartos, como así muy bien lo denominara uno de los pequeños candidatos a la presidencia en el debate, se encuentran personajes de la talla del impresentable Martín Vizcarra, pero también Daniel Salaverry, Julio Guzmán, parte de su agrupación, incluso un candidato a la vicepresidencia de un partido importante que habría hecho sendos negocios con la compañía brasileña.
Hoy en día, hay muchos candidatos que prefieren mirar al cielo, quedarse callados y no decir nada con respecto a los lesivos acuerdos “de colaboración eficaz” que firmamos. Hay incluso dinero que el Perú ha devuelto a Odebrecht por el caso Chaglla. La indemnización que se le impuso es ínfima con relación al daño causado, incluso pagadero en varios años.
Esta compañía como otras, incluso siguen operando en el país, ganando millonarias sumas como si nada hubiese pasado. No hemos aprendido mucho de la historia reciente. Lo cierto es que los candidatos que pasen a la segunda vuelta deberán de plantearse cómo reorganizarán al estado peruano en relación a sus relaciones con las criminales empresas que se enriquecieron en nuestro país sobornando durante muchos años, y como replantearán sus acuerdos, con mayor justicia y sin que los delincuentes se rían de nosotros con la complicidad de muchos candidatos relacionados con estas compañías delictivas.
(*) Candidato al Parlamento Andino por Alianza Para el Progreso con el N 1.
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