Por Juan Sotomayor
Por estos días es Imposible hablar de otra cosa que no sea fútbol. El mundial de Rusia es el tema exclusivo y excluyente del momento; dentro de ello, todos estamos atentos a la participación del seleccionado peruano, que nos hizo vivir la indescriptible emoción de retornar a esta instancia luego de 36 años.
En cuanto al resultado, el debut peruano no fue como todos queríamos. Sin embargo, luego del partido con Dinamarca no hay tiempo para lamentarse. Para empezar, debemos tener muy claro que si hubiéramos ganado no estaríamos clasificados y ahora que hemos perdido tampoco estamos eliminados.
Las posibilidades de pasar a segunda ronda están todavía intactas, en un grupo que se presenta como uno de los más parejos e impredecibles del campeonato. No será fácil, como nunca lo fue en todo el proceso clasificatorio. Y si de algo sabe la selección peruana, es de corregir errores, de mejorar en el camino y conseguir sus objetivos pese a las adversidades.
Hay muchas cosas de qué sentirse orgulloso luego de esta primera presentación de Perú en el mundial. En lo futbolístico, de la identidad que mantiene este equipo, ordenado, solidario, sin renunciar al buen juego que Ricardo Gareca ha sabido respetar y potenciar. La prensa internacional y el propio entrenador danés han coincidido en que nuestra selección mereció más y que no será rival fácil para Francia y Australia.
En lo anímico, aunque ya no es novedad, es necesario destacar la entrega del equipo, así como el respaldo que los jugadores no dudaron en ofrecerle a Cueva, en lo que seguramente habrá sido el momento más duro de su carrera. Me quedo también con la fuerza y gratitud de la afición, tanto de la que hizo hasta lo imposible para estar en el mismo estadio, como de quienes lo siguieron a miles de kilómetros de distancia.
Pese al resultado, nada que reprochar a los jugadores peruanos; por el contrario, a seguir alentándolos y confiar en este equipo que estoy convencido nos tiene reservadas muchas alegrías y emociones… Los resultados de ayer nos demuestran que no hay rival imposible de vencer, menos cuando estamos todos unidos en torno a un mismo objetivo y tenemos la capacidad y el talento necesarios para ello… Confiamos en ustedes muchachos… Este jueves y por siempre: Vamos Perú!!!