Consumir frutos secos de manera diaria puede ayudar a suplir la carencia de ácido fólico durante la concepción y el embarazo. Algunos frutos secos que contienen esta vitamina son las avellanas.
Las avellanas
Las avellanas son uno de los frutos secos más consumidos, y es que son muchas las propiedades beneficiosas que la avellana ofrece y, por lo tanto, resulta apropiado incorporarlas a toda dieta equilibrada, ya sea consumiéndolas en crudo, tostadas o en como ingrediente en la elaboración de todo tipo de recetas. Sin embargo, antes que nada, cabe destacar que las avellanas cuentan con un alto contenido calórico, por lo que deberán comerse con moderación.
De esta manera, uno de los principales beneficios que se conocen de las avellanas es su aporte de ácidos grasos mono insaturados que resultan favorables para la salud -a diferencia de otras grasas- y pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos. Por esta misma razón y su considerable cantidad de arginina, se consideran un fruto que ayuda a prevenir enfermedades y problemas cardiovasculares.
Las avellanas también son ricas en vitamina E, que como hemos visto anteriormente tiene propiedades antioxidantes.
Otra de las propiedades de las avellanas, es que poseen altas dosis de calcio, magnesio y potasio, por lo que son beneficiosas para los huesos, evitando así enfermedades óseas como la osteoporosis y la descalcificación ósea.
Por otro lado, las vitaminas del grupo B que se encuentran en las avellanas ayudan al buen funcionamiento del sistema nervioso, incluso ayudando contra la fatiga o el síndrome premenstrual.
Por tanto los frutos secos son un gran alimento para éste otoño, siempre que se consuman de forma moderada, muchos expertos recomiendan unos 30g al día, pero siempre tener en cuenta no exceder de los 50g, debido principalmente a su aporte calórico.
Son ideales para comer como snacks tanto en meriendas o a media mañana, o bien hacer uso de ellos en la cocina, gracias a su gran versatilidad.