POR: ARTURO BERDEJO VERA
¿Algún día pagarán los gamberros que hoy convierten al país en el sitio donde se pueden ignorar leyes; cometer delitos por autoridades que fueran nombradas precisamente para llevar el orden y respeto por su cumplimiento y no se haga nada? Jueces que son “más poderosos” que el Congreso de la República. —Son 130 miembros elegidos por el pueblo. Pero a un juez lo puede elegir un Hinostroza con: ¿cuánto hay? Entonces señores juristas de los buenos y de los otros, pregunto ¿para qué michi existe el Congreso como Poder Legislativo si viene una saltapatrás dizque jueza y les ordene “Sáquenme eso de aquí”, lo que Uds. han aprobado no vale un pito, así que cierren la boca y dedíquense a otra cosa.
Los de un grupete –del rojerío amén de caviares han hecho y siguen haciendo lo que les da la gana. Entonces con el cuento de nunca acabar en elecciones generales, se nombrará a la champa a uno que apareció de repente. Lo treparon a un caballo, le pusieron sombrero—el equino ni lo quería sobre su lomo. Le dijeron tírate y el obediente del sombrero fue a dar al suelo –se tiró… para decir que era víctima.
Vladimir Cerrón su apoderado, sonreía. El asunto… marchaba. El equino se encabritó tuvieron que acudir los monosabios para sostener las riendas y evitar que fuera a salir volando el del sombrero, Pedro Castillo, que aquí supimos era el nombre del ahijado de Vladimir Cerrón. ¡Ay dios! que me lo van a matar a este pobre, gritaba una chotana! Y qué pues… un antagonista: que vaya allá contra el suelo a quien le importa y, agregó: ese quiere ser presidente de la República… no me hagan reír.
Oiga, protestó otro. Cerrón lo quiere ahí sobre el caballo. Ya sujeto en la montura, las riendas en manos de los enviados por V. Cerrón, le dieron el libreto escrito por “el padrino de Junín”, Cerrón.
Después de la lectura Pedro Castillo elevó la voz y anunció: que voy a reformar todo y se lo voy a dar al pueblo. Porque el pueblo es el que manda y yo me debo a mi pueblo ¿No es cierto pueblo? Preguntaba al grupo de chotanos.
No dejaré títere con cabeza. Cambiaré la Constitución… la que hoy nos rige ha sido redactada por un japonés. Y así siguió hablando estupideces este ahijado de V. Cerrón. Remató como siempre: el pueblo lo pide. Arribaron los chupamedias de última hora como los Cevallos, como Francke, como la Mendoza, el Chato en sus trece y hasta “no me atarantes… no me atarantes agarra tu rumbo y… no me atarantes que soy chito de barracones canturreaba un moscón Torres cuyo hijo andaba preguntando a los periodistas si sus madres eran prostitutas. Uno que otro quiso contestar: pregúntale al moscón de tu padre de dónde le vienen los cachos. De repente dijeron: tú no eres torres. Llegaron los aplausos del bastardo en sus trece para felicitar al moscón Torres.
Para cerrar, vean que el lote de lambiscones se incrementa con el enrolamiento de un tal lúcar. Claro este apunta contra Keiko repitiendo lo que dicen todos los caviares y resentidos. Pero preguntemos. ¿Por qué iba tanto a la salita de Vladimiro Montesinos su suegro Crousillat? ¿Cuánto le tocó a su pareja? Y desde luego de esa ruma de dólares sale también para el desayuno del lambiscón Lúcar. Pucha, qué cara dura.
Y como la mano de la justicia aquí en Perú está más que rota—la cutra, oiga Ud.—siguen libres el calzonudo y su mujer; el lagarto y toda su mancha de delincuentes. El muy “celebrado” por la prensa de Lúcar: V. Cerrón. Otros cobran como los del TC. Y a propósito reparen Uds., por favor cómo no se va a incrementar el contingente que se pasa al lado del lapicito, si como se ve y entera que los siete magníficos del TC van a empaquetarse S/. 70,000 (setenta mil soles) este 28 de julio. Claro, dirán algunos, primero es la democracia y el patriotismo, pero que en el caso de la hambruna… se olvida. Pensar lo contrario es puro chauvinismo.
Mientras eso, los muy conformes y felices por no ser deliberantes no se acuerdan ni con un susurro decir sin miedo y con coraje a la Nuria: Oiga que mi tropa y los de plana menor en actividad y pensionistas están pateando bidones. La canasta ya se ha disparado hace rato. Para el sombrerón, la Nuria y este carantigua de la Quinta de Pizarro, los de las FF.AA. y PNP están muy bien con los paupérrimos sueldos y pensiones logrados después de treinta y más años de servicio ininterrumpidos a la Nación.
(*) Exmiembro de la Marina de Guerra y analista político.