El fantasmal ‘Consejo de Estado’ acaba de ser arrochado alevemente por el premier Bellido. Lo que ocurre es que esta supuesta institución no existe en la Constitución. Esta fue una creación, una interpretación auténtica, por parte del expresidente Vizcarra para crear un organismo de coordinación entre las altas autoridades de los órganos autónomos y los poderes del Estado que tienen como defecto principal que no tiene cabida en la Constitución.
Si revisamos el texto expreso de la Constitución escrita que nos rige, la expresión ‘Consejo de Estado’ no tiene existencia. Por lo tanto, es una reunión informal, sin actas, de un cuerpo que pretende ser institucional pero que representa exactamente lo contrario: la falta de institucionalidad democrática, esas cosas que Vizcarra se sacaba de la manga para contentar al público.
Pero claro, cuando los organismos del Estado transitan por los caminos que están al margen de la Constitución esto es lo que puede ocurrir. Simplemente no les hacen caso y no pasa absolutamente nada porque al no ser una parte orgánica del Estado peruano no tienen cómo ejercer funciones ni tienen funciones propiamente dichas ni formas coercitivas de cómo hacerse valer.
Es un fantasma de la Constitución creado, como ya se dijo, por la interpretación ‘heroica’ del expresidente Vizcarra, que ya sabemos cómo pensaba acerca de la institucionalidad democrática.
Mejor sería que los organismos públicos y constitucionales que ahí han firmado la carta que le han enviado al presidente de la República se dedicaran, al interior de sus propios organismos, a que estos funcionen bien, de la manera más adecuada y dentro de los cauces que la propia Constitución señala, que es lo que corresponde a un Estado democrático y de derecho.