Señores embajadores: Es para mí muy grato volver a exponer en este magno evento, con el respetuoso objetivo de reflexionar en este Comité sobre la conveniencia que se adopte la iniciativa de autonomía marroquí, como la única base para una solución política realista y viable, de acuerdo a las Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU
La hipótesis del referéndum, de la cual las naciones libres ya no consideran válida en el siglo XXI, es obsoleta, inaplicable e inalcanzable. Las propias Naciones Unidas no la mencionan, señores embajadores. El Consejo de Seguridad la ha enterrado, desde hace 20 años, porque no es viable. Aferrarse a esta posición dogmática, es perder el tiempo y que la población saharaui secuestrada en Tinduf, continúe sufriendo, en una vía crucis interminable.
La “verdad os hará libres”, decía Jesús, y son palabras válidas para todos los tiempos.
Yo he visitado los campamentos en Tinduf. A mí nadie me puede relatar cuentos. La población saharaui -que por cierto es noble y buena- vive sin las libertades fundamentales y en condiciones infrahumanas, sin libertad de expresión, sin libertad de movimientos y quieren regresar a abrazar a su familia que sí goza de libertad en el Sahara marroquí y que progresa y tiene futuro.
Y ¿por qué menciono que esa población es secuestrada? Sería muy bueno, que ustedes señores embajadores, visiten Tinduf y se podrán percatar que, en 45 años en ese desierto inhóspito, ni el Polisario, ni su mentor, con todo su potencial de hidrocarburos, no les han puesto electricidad, ni cañerías de agua, ni construirles viviendas dignas. ¿Por qué?
Porque no les interesa, ¡Porque son rehenes! Mientras, el Polisario vive de las gollerías de la ayuda humanitaria y sin ni siquiera permitir el censo a la población, como lo exige la ONU.
Señores miembros del IV Comité, recuerden que el tema del Sahara se encuentra en este Comité, porque Marruecos lo solicitó en la década de los ´60, debido a que su territorio estaba bajo la colonización española. Y esperaba recuperarlo por razones históricas y jurídicas.
Entonces el caso del Sahara Occidental es un tema de integridad territorial, no de referéndum.
Hoy Marruecos propone una iniciativa realista, creíble, seria y práctica, que es la autonomía y que es la única solución que pondrá fin al conflicto artificial del Sahara, creado por un vecino a todas luces inamistoso, y su prohijado, una milicia separatista de ideología expansionista y planes geopolíticos serviles.
Acabamos de presenciar las elecciones en Marruecos y en la que, en sus provincias del sur, en donde viven los saharauis marroquíes -unos 450 mil-, votaron masivamente, más que en otras partes del Reino. Eligieron sus representantes en el marco de una democracia ejemplar.
La iniciativa de autonomía y el modelo de regionalización avanzada encajan perfectamente en ese marco de elección democrática en Marruecos, al igual que constituyen la expresión elocuente del apego a los principios e independencia y buena gobernanza territorial y que de acuerdo a la Constitución garantiza la participación de la población local en la gestión de sus propios asuntos, en interacción con los recursos de todo el Reino.
Señores miembros del IV Comité, os pido cordialmente que no sean unos miembros de paso, con resoluciones recurrentes-; sino que hagan historia, que pasen a la historia con resoluciones audaces. Recuerden que el mundo os está observando.
¡Dios los ilumine señores embajadores!, ¡Pasen a la historia!
(Discurso ante la IV Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas -Comité Político Especial y de Descolonización-, octubre 2021)