Cuestionamientos van desde el 2007, además tendría su audio con juez hinostroza
Una joyita. El terremoto que sacude el sistema de justicia no tiene cuando acabar. Resulta ahora que el fiscal supremo titular, Tomás Aladino Gálvez Villegas arrastra una serie de cuestionamientos los cuales, de ser cierto, lo descalificarían para que siga ejerciendo el alto cargo que hasta ahora tiene.
En junio del 2016 la revista ‘Hildebrant en sus Trece’ reveló que Gálvez habría plagiado, en el 2007, la tesis que presentó a la Pontificia Universidad Católica del Perú para obtener un magister en derecho civil. El fiscal supremo, según el informe, habría copiado la tesis de su propio alumno que presentó en la Universidad Mayor de San Marcos.
Aunque Gálvez Villegas posteriormente dijo que la tesis era un libro que él publicó en coautoría con Walter Delgado Tovar, la metodología de investigación de ambas tesis son similares.
Asimismo, el actual fiscal supremo fue investigado por el presunto delito de peculado, según una publicación del diario El Comercio en diciembre del 2015, por la sobrevaloración de gastos en el Centro de Asuntos Interculturales del Ministerio Público en relación con capacitaciones brindadas a ronderos en las regiones de San Martín y Cajamarca, en los años 2013-2015.
Según el informe periodístico, Gálvez había declarado que la cantidad de asistentes a dichas capacitaciones eran mucho mayor a las que habían ido, y por las cuales había recibido una cantidad de dinero; en este caso acusan al fiscal de no devolver el excedente de dinero que le quedó.
Y por último, el pasado 20 de julio, la revista ‘Hildebrant en sus Trece’ publicó una declaración de Gálvez Villegas, donde este admite ante la Fiscalía del Crimen Organizado del Callao que tuvo comunicaciones con el exjuez supremo César Hinostroza en las que le pidió que resuelva un recurso de casación de competencia de la Sala que presidía, a favor del sentenciado rondero Segundo Villalobos Zárate, condenado por delitos de fabricación, suministro y tenencia ilegal de armas, justificando dicha conducta en que conocía de la supuesta inocencia del condenado.