Una de las tácticas marxistas-leninistas, léase comunistas, es la de propiciar y estimular las contradicciones, creando el campo adecuado para que se cultive sus trasnochadas tesis con cuya aplicación, en lugar de conseguir el desarrollo se retrocede y, en lugar de bienestar habrá simplemente malestar.
Lastimosamente hay muchas personas que, sin querer, y nada de sin “querer queriendo”, pues asumo que su tesis es absolutamente sincera, creen que el secretario general de la agrupación política “Perú Libre” y su candidato a la Presidencia de la República, cargo que hoy ejerce, se encuentran en posiciones antagónicas, en que uno dicta el guion y el otro se niega a cumplirlo o simplemente remolonea antes de hacerlo o aplicarlo.
En virtud de tal creencia hay personas y grupos políticos que estimulan dicha supuesta contradicción y desencuentro entre el secretario general del partido Vladimir Cerrón y el mandatario peruano Pedro Castillo, poniéndolos a ambos en supuesta confrontación, probablemente con el deseo de que fracasen.
Personalmente no creo en dicha tesis, ello debido a que percibo que son “café y azúcar de la misma taza”. Mientras uno es amargo por lo general en sus expresiones, presentaciones y planteamientos, cual café, el otro en las mismas circunstancias se muestra dulce, edulcorado cual azúcar. Pues simples apariencias ya que, tanto el amargo como el dulce, pertenecen y se encuentran en el mismo recipiente.
En efecto, si bien las formas del amargo son duras, complicadas, grandilocuentes y ampulosas, las del aparentemente dulce, son suaves, sencillas, a menos decibeles, pero no son incompatibles. Presumo que son algo así como la táctica del policía malo y del bueno, en que el primero interroga y hace afirmaciones duras y estridentes mientras que el segundo lo hace suave y llamando al sentimiento, por ello hay que tener cuidado con ambos y no dejarnos engañar por las aparentes buenas formas del suave ya que cuando está en la plaza pública puede ser tan duro como cualquier otro.
Más aún, no olvidemos que el ideario y plan de gobierno presentado por “Perú Libre” al Jurado Nacional de Elecciones, para el proceso que acaba de culminar, contiene pretensiones severas y planteamientos extremos, que propician cambios radicales ajenos a nuestras tradiciones, historia e inclinación democrática.
Por lo demás, ambos propician el cambio total de la Constitución para aprobar una comunista permeable al llamado Socialismo del Siglo XXI y compatible con pensamientos y posiciones contrarias a nuestras creencias, como son las que se tienen actualmente en Cuba, Nicaragua, Venezuela y por supuesto también Bolivia, aunque esta última en menor intensidad. Ambos propugnan en las formas, para el cambio constitucional, recurrir al referéndum, lo que colisiona con la actual Constitución en lo que se refiere a tal propósito.
Basta de ingenuidad, fijémonos simplemente en la Presidencia del Consejo de Ministros, en el Gabinete Ministerial (salvo Maúrtua), y en los cargos públicos que se vienen nombrando. No son precisamente centristas, sino del mundo comunista e incluso algunos se dice, relacionados con el Movadef, con acercamientos terroristas y con el llamado Pensamiento Gonzalo. De ingenuos a tontos solo hay medio paso.
