Por: Luciano Revoredo / Run Run Castillo

por | Nov 7, 2021 | Opinión

En el Perú muchas veces somos víctimas de la improvisación, la falsificación o la imitación.

Siempre se recomienda comprar en lugares seguros, con garantía, donde las marcas de los productos sean reales. Hay que evitar caer en la tentación de lo barato que a la larga puede ser una imitación o lo que el ingenio popular ha bautizado como productos bamba o bambeados.

En el céntrico Jirón Ayacucho, a un paso del Mercado Central de Lima, se han establecido numerosas tiendas de mascotas y artículos relacionados a su crianza. Las hay muy serias y con productos de primera. Sin embargo, también existen inescrupulosos, la mayor de las veces como ambulantes, que falsifican cachorros de raza del modo más cruel. Muchas veces les tiñen el pelaje, les ponen pegamento en las orejas, etcétera.

Recientemente ha llamado la atención de los medios la adquisición, por un incauto, de un perrito que resultó ser un zorro que escapó para hacer las tropelías propias de su especie. En torno a él han surgido todo tipo de historias y versiones. Que si lo vieron por aquí o por allá, que escapó de los periodistas, que nadie puede atraparlo, que mató un grupo de gallinas… lo cierto es que el zorrito llamado Run Run, que es un perro bamba, ha ocupado la atención de los medios por una semana.

Run Run es el producto de una estafa que, fuera de control, ha traído consecuencias.

En la política peruana también hay incautos que compran productos bamba. En las últimas elecciones al parecer estos incautos fueron mayoría.

Al igual que los vendedores inescrupulosos del Jirón Ayacucho que convirtieron un zorro en un dócil perrito, surgieron maquilladores que convirtieron a un ignorante y semianalfabeto amigo del terrorismo, socio de una organización criminal y títere del Foro de Sao Paulo en un humilde profesor rural. Parte de los medios también compraron la estafa.

Al ya conocido agitador social que paralizó las escuelas perjudicando a millones de estudiantes, al aliado de Sendero Luminoso a través del MOVADEF, al sindicalista radical, le colocaron un sombrero, le fabricaron un discurso de cuatro frases de las que no debía salir y muchos compraron.

En la campaña electoral lo vimos huidizo, al igual que Run Run, escapaba cada vez que aparecían los medios. La diferencia es que Castillo si sabía que era parte de una estafa. Él a diferencia del pobre Run Run era autor y parte del engaño.

Ahora sufrimos las consecuencias. Así como el zorrito que resultó un perro bamba, ha salido despavorido a comerse las gallinas y cuyes de los vecinos, Castillo ha salido a destruir la economía, acabar con las inversiones y echarnos en los brazos del Foro de Sao Paulo.

Aún estamos a tiempo de frenar este timo político. El único camino es la vacancia presidencial y mirar a lugares seguros. Donde haya garantía.


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