Ricardo Sánchez Serra
La Cancillería peruana, durante años, tuvo prestigio internacional, por tener una política exterior coherente, tradicional, planificada, que era defensora de los intereses del país.
Tenía como ministros grandes maestros, tratadistas, estudiosos, que daban cátedra y honraban al país.
Torre Tagle era reconocida internacionalmente y nuestra Academia Diplomática muy rigurosa en los estudios, a tal punto que muchas cancillerías querían enviar a sus alumnos a capacitarse.
En este gobierno, en un poco más de 100 días, y teniendo como ministro a Óscar Maúrtua de Romaña, y siendo caballeroso de no mencionar sus deméritos personales, pero sí su desastroso accionar, está destruyendo la reputación de Torre Tagle, que tanto tiempo costó edificar.
Como tiene una personalidad fatua, no es consciente de los errores que comete y resta méritos a su vasto conocimiento intelectual. Peor aún si se porta servil -por quedarse en el cargo- con el presidente Castillo y con los cabecillas y voceros de Perú Libre.
Esa conducta -o búsqueda de supervivencia- hace que sea incapaz de cuestionar al mandatario y sus asesores, una decisión que está perjudicando al Perú. Imposible le es asesorar al presidente si le imponen razones ideológicas a un tema de política exterior, y vemos que no le aconseja, ni brinda las fortalezas y debilidades para una decisión.
Error tras error
Como ya hemos mencionado en otro artículo, la primera gran decisión del Gobierno en política exterior -el 8 de setiembre-, fue restablecer relaciones con la República Saharaui, inexistente de acuerdo al derecho internacional por ser un gobierno en el exilio, en territorio argelino y todavía la Cancillería pretende engañar a la opinión pública mencionando que se encuentra en un territorio liberado y que tiene las condiciones para ser Estado, que hasta las Naciones Unidas podrían desmentir, porque esos territorios son colchón de los Cascos Azules, para evitar una guerra.
Esta “simple” decisión, a la que se le da mucha batahola, como señala Maúrtua, ha resentido las relaciones con Marruecos, aunque el ministro diga que no pasa nada. Ya hemos dicho que la necedad, ciega el intelecto y el razonamiento. Además, va en contra de la neutralidad positiva que pide la ONU.
Marruecos es una potencia regional influyente en África y en la Liga Árabe. Su rey es descendiente del profeta Mohammed (Mahoma). Con esta aseveración informo asaz. A buen entendedor, pocas palabras.
En un artículo anterior, señalamos que el Perú perdía más de 60 votos en el concierto internacional, cuando postule a ser miembro o a un cargo de un organismo de las Naciones Unidas. Algunos, tal vez, dudaron.
No elección del Perú
Acabamos de enterarnos, con tristeza, que el Perú no salió reelecto para ser miembro del Consejo de la Organización Marítima Internacional (IMO por sus siglas en inglés), para el período 2022-2023. De la región fueron elegidos México, Chile, Bahamas, Jamaica e Islas Turcas.
El canciller Maúrtua había anunciado con bombos y platillos dicha postulación, con gran ceremonia en Torre Tagle, en la que estuvieron numerosas autoridades, dos ministros de Estado, el alto mando naval y el Cuerpo Diplomático.
¿Faltaron los votos de los países árabes y africanos? ¿Y, seguramente, de algunos latinoamericanos?
Gran derrota, sin duda. Y sería provechoso que la analicen para evitar otras.
Otra más
Como también lo fue la reciente no elección del destacado excanciller José Antonio García Belaunde (Joselo), para dirigir la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB). El elegido fue el canciller chileno, Andrés Allamand.
Joselo fue eliminado en la primera ronda de votación, pero estamos seguros que no fue por él -si hubiera estado otro Gobierno, ganaba-, sino por nuestra errática relación internacional, que tiende al aislacionismo como la reciente votación contra Israel, cuando su voto era neutral.
El acabose sería si el Perú abre Embajada en Palestina, reabre la Embajada de Corea del Norte en Lima, permite la Embajada de Irán y una oficina de Hezbollah, el alineamiento con China en su conflicto con los Estados Unidos y el bloqueo de EE. UU. por la errática política antidrogas.
El Apocalipsis
Otro desliz fue -para quedar bien con Vladimir Cerrón y Evo Morales- respaldar la realización del Runasur en el Cusco, contra la opinión de los militares de alta graduación y de destacados diplomáticos que alertaron sobre el peligro a la soberanía de tal encuentro. Mejor se hubiera quedado callada, si por miedo no podía pronunciarse coherente y patrióticamente.
Ven como grandes triunfos diplomáticos traer al radical izquierdista Joseph Borrell, representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores o al desprestigiado Luis Almagro, secretario general de la OEA, para un soporte político a Castillo, el paseo a la ONU, a la CELAC y a la OEA de Castillo, o pedirle apoyo al presidente mexicano para que no lo vaquen, esto último interfiriendo en la política interna del Perú.
La ideología aberrante, que aplica el gobierno a la política exterior, no puede ser más desastrosa. Costará años reconstruir el prestigio de Torre Tagle.
Vemos con satisfacción que los entendidos en el tema critican el accionar de la Cancillería y piden explicaciones. Otros “expertos”, penosamente, opinan en forma lisonjera o se quedan callados, a la espera que los nombren en una Embajada.
Maúrtua debe ser interpelado.
(*) Analista en temas internacionales