A menos de 72 horas de la juramentación del nuevo gabinete ministerial, que tiene poco de reconciliación, queda esperar si la premier Mercedes Aráoz tiene la habilidad para calmar las agitadas aguas políticas a raíz del indulto al expresidente Alberto Fujimori y la guerra declarada del Apra por jalarse a dos de sus militantes.
Winston Churchill decía que “el político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene; y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que el predijo».
Concuerdo plenamente con el político británico y también uno de los principales oradores del siglo XX, Mercedes Aráoz debe prepararse para un escenario complicado: protestas impulsadas por la izquierda caviar y radical a raíz del indulto presidencial, malestar de la bancada naranja por supuestas “negociaciones” del gobierno con Kenji Fujimori y la guerra declarada del Apra por jalarse a dos ministros de militancia aprista sin autorización.
Si logra calmar las movidas aguas, Meche Aráoz podrá explicar que cosas hizo, como señala Churchill, para que no ocurra las predicciones de varios analistas, quienes señalan que este segundo gabinete no ayudará al Gobierno en mejorar la imagen presidencial.
Fue innecesario atribuirle el título de “gabinete de la reconciliación” al segundo equipo ministerial de Pedro Pablo Kuczynski. Pues más allá del pomposo nombre, este gabinete se ha ganado gratuitamente un nuevo enemigo, que es el Partido Aprista Peruano. Lejano queda la imagen de Alan García ofreciéndose colaborar al gobierno de PPK.
El gobierno, quiéranlo o no, ha dividido a dos fuerzas políticas: Fuerza Popular y el disciplinado Partido Aprista. ¿Perdonarán a la premier esta afrenta?, lo dudo.
La tarea de la jefa del gabinete es ardua, tendrá que lograr acuerdos, hilar fino y jugar sin zancadillas, si es que quiere lograr la confianza de la clase política, más aún si entramos a un año electoral, donde los principales partidos buscarán ganar algunos gobiernos locales y regionales.
Lo que debe saber el Gobierno es que la reconciliación se construye con gestos y, francamente, el gabinete Aráoz, fuera del indulto presidencial, ha hecho todo lo contrario a reconciliarse con la oposición. Esperemos, por el bien del país, que le vaya bien al régimen de PPK y se acabe esta crisis política que paraliza la economía.