Por ofensiva de al Asad
China ha comenzado a construir un campo de entrenamiento para las tropas afganas en un estrecho corredor que conecta los dos países, un proyecto que Beijing está financiando para luchar contra el terrorismo.
Se trataría de la primera intervención del gigante asiático en el enigmático y violento país en el que la OTAN, liderada por Estados Unidos, mantiene presencia militar desde la invasión de 2001 que derrocó a los talibanes, acusados en ese entonces de albergar efectivos de Al Qaeda, y en apoyo del actual gobierno afgano del presidente Ashraf Gani.
Beijing desmintió la información que el South China Morning Post publicó en base a fuentes dentro de sus Fuerzas Armadas. «No es cierto», se limitó a afirmar, una portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, Hua Chunying