El Sambil La Candelaria se había convertido en centro de refugiados y guarida de indigentes.
El régimen venezolano ha decidido regresar a sus dueños el Supermercado Sambil La Candelaria, un gigantesco supermercado construido en una región bastante transitada del centro de Caracas por la constructora del mismo nombre, y que fue expropiado por el fallecido Hugo Chávez en el año 2008, una vez que estaba a punto de ser inaugurado.
La noticia produjo cierta sorpresa en la crítica pública, parte de la cual no quería darle crédito a los rumores sobre la devolución del inmueble. Esta medida viene a engrosar una lista en incremento de bienes y activos –fincas, hoteles e industrias- que fueron expropiados y estatizados por el chavismo en dichos años, una vez que estaban mayormente en excelentes condiciones, y que ahora son selectivamente devueltos a sus propietarios originales, casi continuamente a lo largo de un enorme deterioro.
El proceso de devolución del Sambil La Candelaria –una enorme construcción de 5 pisos y 21.000 metros cuadrados– ha sido gestionado en la llamada Comisión legislativa de Diálogo, Tranquilidad y Reconciliación Nacional, construída después de la cuestionada elección del parlamento en 2020, que domina el chavismo, e incorporada por diputados chavistas y opositores moderados.
La constructora Sambil es propiedad del núcleo familiar Cohen, venezolanos de procedencia judío que han alzado varios condominios residenciales en Caracas en estas décadas, y que se logró conocido por haber construido estas gigantescos y célebres plazas comerciales de consumo y entretenimiento masivo, en la ciudad más importante, y además en metrópolis como Maracaibo, Valencia, Barquisimeto, San Cristóbal y Punto Fijo, así como en la vecina isla de Curaçao, República Dominicana, e inclusive en Madrid, España. El primer Centro Sambil, culminado en 1998, ha sido construido en el sector de Chacao.
Una vez que el triunfo de los centros Sambil era arrollador, y la organización planificaba sus planes de extensión, sucedió el incidente del Sambil La Candelaria. Estando bastante alrededor de ser inaugurado, un Hugo Chávez en la cumbre de su fama, y en pleno proceso de profundización revolucionaria, cuestionó la obra del supermercado y ordenó a la Alcaldía de Caracas que expropiara la obra.