Frente Amplio no logró los votos necesarios para derogar 135 artículos de una ley que condensa el programa de Luis Lacalle Pou.
Luis Lacalle Pou ha salido airoso, aunque con lo justo, de una rígida controversia electoral con el Frente Amplío, la primordial fuerza opositora de Uruguay. El 51,17% de los uruguayos votó en un referendo por no abolir 135 artículos de una ley ómnibus considerada fundamental por el Ejecutivo.
La elección por el “no” excedió por 50.000 votos a la alternativa por el “sí”, que pedía por la derogación de los artículos. “Etapa superada”, comentó el mandatario Lacalle Pou el domingo por la noche, una vez conocidos los resultados.
Los uruguayos votaron por no revocar 135 artículos de los 476 que conforman la llamada Ley de Urgente Importancia (LUC), enviada por Luis Lacalle Pou en el principio de su régimen, hace 2 años. La regla, considerada la base del programa de la derecha uruguaya, retoca decenas de artículos de otras leyes, que ven alterado su espíritu original.
El abanico de temas es bastante extenso: a partir de las condiciones para ajustar el costo de los combustibles o nuevos parámetros al derecho de huelga hasta el papel del Estado en la economía, la enseñanza, el trabajo o la estabilidad. Entre otros puntos de vista, instituye, ejemplificando, la desmonopolización de ciertos servicios del Estado como internet, telefonía, electricidad o hidrocarburos. Además, se incrementa las penas para delitos como la ocupación de espacios públicos, y pone parámetros a las manifestaciones callejeas.
Lacalle Pou sostuvo este domingo que la ley “está pensada para el bien de todos los uruguayos”. Para la izquierda, reunida en el Frente Amplío, la fuerza que hasta la llegada del de hoy mandatario conservador rigió en Uruguay a lo largo de 15 años, la ley ómnibus vulnera derechos relevantes poblacional y fomenta los abusos policiales. Por esa razón se opuso a ella en el Congreso, sin embargo, sin poder quebrar la mayor parte que ostenta la derecha. Perdida la contienda legislativa, el Frente Amplío consiguió entonces juntar casi 800.000 firmas, todo en récord en la historia de la nación sudamericano, para forzar el mecanismo constitucional de la impugnación de una ley y llevarla a las urnas.
El referendo se ha convertido de esta forma en muchísimo más que la disputa sobre un centenar de artículos polémicos. La campaña viró hacia la ayuda o el rechazo de la administración de Lacalle Pou, al frente de una unión de 5 partidos que van a partir de una socialdemocracia de estilo europeo a las posibilidades nacionalistas más duras.