En el paraíso de Dajla y en el infierno de Tinduf: Un viaje con contradicciones

por | Abr 9, 2022 | Internacional

Ricardo Sánchez Serra

La providencia me ha llevado a conocer dos lugares en los que se asienta un mismo pueblo, pero la diferencia estriba en que uno vive en libertad y desarrollo y otro secuestrado, en esclavitud.

A lo lejos, uno recibe noticias erráticas e informaciones sesgadas, además de ideológicas sobre el Sáhara: como que en Tinduf se asienta una república, inexistente por cierto, porque no tiene las condiciones para ser Estado, de acuerdo al derecho internacional y que, sin embargo, el Perú cae en la propaganda y las presiones del Foro de Sao Paulo, y restablece una relación diplomática con la Rasd, un país ficticio, hecho que la Cancillería debería rectificar, para no seguir cayendo en el ridículo y continuar perdiendo votos en la comunidad internacional y enemistarse con países amigos.

Estuve en Tinduf y en Dajla, a mí no me cuentan cuentos y les brindo mi testimonio.

En Tinduf

Estuve en Tinduf, en Argelia, en donde se encuentran unos 40 mil a 50 mil saharauis, secuestrados por el Frente Polisario con complacencia de Argel. Viven en la hamada, en el desierto más árido del Sáhara y en las condiciones más inhumanas, por más de 45 años.

Moran en carpas, sus baños son silos. No hay agua, ni luz, que Argelia ha podido brindarle durante sus muchos años de bonanza económica. No hay trabajo, libertades, ni esperanza de vida. De acuerdo a un artículo de la página web de la Acnur “Un 7,6 % de la población padece desnutrición aguda y un 28 % tiene retraso en el crecimiento. El 50 % de los niños sufren anemia. En las mujeres en edad reproductiva este dato asciende al 52 %”.

Niños jugando en la arena.

No son refugiados

La población no es considerada oficialmente como refugiada por las Naciones Unidas. Argelia y el Polisario no permiten que se cense a la población, a pesar de los pedidos del Consejo de Seguridad de la ONU.

Para ser considerado refugiado, la ONU tiene que censar y entregar una tarjeta de refugiado, que le permite ciertos derechos, entre ellos al país en dónde está sobre la libertad de circulación, derecho al trabajo y en Tinduf no existen esos derechos, están sitiados allí y no pueden desplazarse dentro de Argelia.

Soldados saharauis, carne de cañón del Polisario.

Además, esa tarjeta -que no la tiene nadie en Tinduf- le permite el derecho a una de las tres opciones: ¿Quiere quedarse en el país en donde está, quiere hacer su vida allí? ¿Quiere volver a su país de origen, si es que no tiene una amenaza y ve si puede vivir allí? ¿O ir a un tercer país? Es el derecho que le da a cualquier refugiado en el mundo.

Si se concretara esta tarjeta en Tinduf, toda la población no esperaría ni un minuto más en reunirse con su familia en El Aaiún, Dajla, Smara, Cabo Bojador, Ausert, entre otras, en el Sáhara marroquí.

Precario hospital en Tinduf, un médico y gente esperando sus medicinas.

A la deriva

En mi visita pude constatar que no se hace nada productivo, los pobladores se encuentran en las calles conversando, veía ancianos haciendo colas en un hospital semirruinoso, esperando que les den sus medicinas que escaseaban. Contemplaba a los niños en aulas precarias, otros jugando fútbol en la arena representando -según me dijeron- a los equipos de  Barcelona y al Real Madrid. Algunos se me acercaban para decirme que si podía llevarlos para trabajar en el Perú. Pero sí, todos, de toda edad, incluyendo niños, hacen el servicio militar.

Viviendas en pleno desierto.

Control absoluto en todo momento

Al pasear por las calles, varios me interceptaron para saber dónde iba y lo hacían varias veces. Les preguntaba “¿Por qué tanta vigilancia?” Volteaban con caras de molestos diciendo que era “para evitar que se introduzcan terroristas y narcotraficantes”. La verdad era que esos puestos de control eran para impedir que la gente huya hacia la libertad.

Ya más de 15 000 se han fugado de Tinduf, arriesgando sus vidas y atravesando el hostil desierto hacia Mauritania -como el actual presidente de la región de Dajla- u otros han muerto en el intento. Hay denuncias de cárceles secretas en donde torturan a los opositores.

Me llevaron a visitar una región militar al norte, cercana a la frontera con Marruecos, asegurándome que íbamos a “territorios liberados”, pero la cierto es que son “zonas colchón”, en donde patrullaban los Cascos Azules de la ONU (Minurso). En el camino, en pleno desierto, se escuchó un pito y de la nada aparecieron jeeps artillados y soldados, que se formaron marcialmente.

Rabuni. Sede del Polisario.

Me enerva que los únicos que vivan bien sean sus opresores, sus secuestradores, los dirigentes del Polisario y sus familias, cuyos hijos son enviados a estudiar al exterior, e incluso se benefician de las ganancias que les da la ayuda humanitaria mundial, de acuerdo a un informe titulado “Desvío de la ayuda humanitaria destinada a los campamentos de Tinduf”, de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF).

A los pobladores se les ve gente buena, que esperan regresar a sus ciudades de origen, reitero, a reunificarse con su familia, pero hiere que sean carne de cañón, en un eventual conflicto bélico por la codicia argelina de salir al océano Atlántico -para sacar por allí su gas y ofrecerla como base militar a un tercer país-, utilizando a su títere, el Polisario, sacrificando a tanto poblador indefenso, al que no respetan sus derechos humanos.

Dajla, la otra cara de la moneda

Acompañando a una delegación del Congreso peruano, liderada por Ernesto Bustamante, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores e integrada por el almirante (r) José Cueto Aservi, presidente de la Comisión de Inteligencia y por Patricia Juárez Gallegos, presidente de la Comisión de Constitución y Reglamento, realizada en marzo, tuve la oportunidad de visitar el puerto de Dajla, en la costa atlántica del Sáhara marroquí, en donde habitan más de 100 000 saharauis.

Iglesia Católica de Dajla, Sáhara marroquí.

Nos sorprendimos que el avión de Royal Air Maroc, que nos transportaba, estaba repleto, en su mayoría turistas, pues Dajla tiene magníficas playas, hermosos paisajes y buen clima.

Monumento al té, bebida nacional en Dajla, Sáhara marroquí.

Se convertirá en un emporio comercial

Recorrimos las calles y a toda la representación peruana nos causó una grata impresión. Con los naturales problemas que afronta toda ciudad, se vio una metrópoli tranquila, con gente trabajando, en los comercios, una ciudad viva, pujante, en desarrollo, turística. Nos tomamos fotografías al frente de la renovada Iglesia católica de Dajla “Nuestra Señora del Carmen”, construida durante el colonialismo español en 1955. Es uno de los símbolos de la libertad religiosa, del respeto a todas las religiones, en un país musulmán.

Por las calles de Dajla.

El nivel de vida en Dajla y, en general en las provincias del sur de Marruecos es el más alto del país, debido al programa de desarrollo socioeconómico y sostenible ordenado en el 2015 por el Rey Mohammed VI, con una inversión de 7 mil millones de euros, cuya legislación otorga facilidades a los inversionistas.

Vida nocturna en Dajla.

Hay muchos proyectos en marcha, en especial en el sector pesca, energético, agricultura, turismo e infraestructura. Más de una decena de consulados se han abierto en Dajla, indicando la importancia que está teniendo la ciudad en la región, en las relaciones de toda índole, especialmente la comercial.

Feria comercial en Dajla.

Inspeccionamos el inicio del proyecto del megapuerto de Dajla, que se convertirá en breve en el mejor puerto del océano Atlántico africano, y que prevé zonas industriales que estimularán el crecimiento económico y dará trabajo a miles de personas de la región, además que será el centro de la relación entre Marruecos y el África en general.

Malecón de Dajla.

Se sostuvo reuniones con Lamine Benomar, gobernador de Dajla -ver recuadro- y con Al-Khatat Yanga, reelegido presidente del Consejo Regional de Dajla, un saharaui que se escapó de Tinduf y que sufrió mucho en el camino, llegando a Mauritania y luego a su ciudad. Mencionó que hay entre 40 mil y 50 mil saharauis secuestrados en Tinduf, que viven con toda clase de carencias.

Lamine Benomar, gobernador de Dajla.

El congresista Ernesto Bustamante les expresó que «la plena soberanía de Marruecos sobre las provincias del sur debe ser reconocida y lo hemos expresado en varias ocasiones y en comunicaciones abiertas al Parlamento… La vía de la autonomía es la única solución viable para resolver el diferendo”. Asimismo, se elogió el rápido desarrollo de Dajla y que pronto se convertirá en una gran metrópoli, referente para África.

Jefe de obras explica proyecto del megapuerto de Dajla.

Las preguntas se responden por sí solas: si fuera saharaui ¿En dónde quisiera vivir? ¿En el Sáhara marroquí, en libertad, en su tierra, reunificado con su familia? ¿O en Tinduf, en la esclavitud, en tierra extraña, sin esperanza, sin libertad?

Al-Khatat Yanga, reelegido presidente del Consejo Regional de Dajla y delegación peruana.

“Los saharauis de Tinduf serán bienvenidos”

Para Lamine Benomar, gobernador de Dajla, los saharauis de Tinduf son primos, hermanos, de la misma familia, son marroquíes, que en algún momento se fueron a Tinduf por error, por engaño o por voluntad propia.

Autor del artículo con Al-Khatat.

“Como dijo el Rey Mohammed VI, la madre patria es misericordiosa. Estos marroquís saharauis secuestrados en Tinduf son bienvenidos en cualquier momento, aquí estarán en su casa y no se les negará ningún derecho”, expresó Benomar.

“Dicho esto -agregó- cuando hablo de los saharauis de Tinduf, no es toda la gente que vive en los campamentos, y que son originarios del norte de Mali, del sur de Argelia, del norte de Mauritania, entre otros, y que se han instalado en los campos de Tinduf, porque ahí se distribuyen donaciones de alimentos y de ayudas. Muchos se establecen allí, porque hay oportunidades para traficar o hacer la guerra. Cabe señalar que los campamentos de Tinduf representan un vasto territorio muy activo en materias de tráfico y de terrorismo”.

Hermosa arquitectura interior del Consejo Regional de Dajla.

El futuro está en el norte de África

De otro lado, el gobernador dijo que Dajla, por su posición geográfica, se encuentra en relación directa con África, que representa las raíces del Reino. “Por ello, Dajla está desarrollando sus relaciones con los países africanos, particularmente a nivel económico, pero también político, como lo reflejan las relaciones con la región de África Occidental”, detalló.

Prosiguió mencionando que “la proyección hacia África es muy importante para esta región, que considera que el futuro está en África, y en particular en el norte de África. Es con el continente africano que Dajla va a desarrollar su economía, así como sus relaciones de amistad. Lo más importante para esta región es el factor humano. El objetivo es el desarrollo humano, y esta es la meta del gobierno marroquí en todas las regiones del país, especialmente en Dajla.

En la Gobernación de Dajla. Acompaña a delegación peruana embajador de Marruecos en Perú, Amín Chaoudri.


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