Iván Torres La Torre – Abogado
El debate municipal puede generar cualquier sensación menos una expectativa de cambio para nuestra histórica ciudad de Lima. Digo esto a la luz de las precarias intervenciones de los candidatos al sillón municipal, carentes de técnicas personales y de programas de gestión.
Sostengo mi posición, pues al igual que todos, hemos escuchado y visto ofrecimientos de toques de queda, “que siempre fueron pobres”, que se revisarán contratos, más policías para seguridad ciudadana, cámaras de seguridad, tolerancia cero al acoso sexual callejero, más semáforos y una recatafila de propuestas que no representan una posibilidad de cambio sustancial.
¿Qué deberíamos escuchar de un candidato a alcalde de nuestra gran capital? En primer lugar, el tránsito y la inseguridad ciudadana responden a un eje fundamental, que es la estricta coordinación con la policía nacional a través del Ministerio del Interior para generar estrategias. Cualquier ofrecimiento de cámaras, de más policías en las calles, es puro palabreo por ser asuntos de obligatorio cumplimiento para un alcalde de una gran ciudad, pues mientras no exista una verdadera política a nivel del Ministerio del Interior y de la Policía Nacional, jamás habrá seguridad ciudadana.
Otro ejemplo es cómo se solucionará el sistema de abastecimiento de agua para Lima, pues el que tenemos ha colapsado. Prueba de ello es que la atarjea no tuvo la posibilidad de suministrar agua a Lima durante el fenómeno del niño costero. ¡Esto fue un escándalo! También deberíamos escuchar qué programa sostenible se ofrece para recuperar el centro histórico y destugurizar las zonas aledañas al damero de Pizarro que están llenas de desorden y caos.
De la mano con estas propuestas, deberían exponernos el proyecto de modernización del sistema de autopistas, túneles y anillos viales que urgen en una ciudad como Lima. Miremos ejemplos de ciudades como Bogotá y Buenos Aires, que hace muchas décadas realizaron estos proyectos para tránsitos de alta densidad. Sin embargo, nuestros candidatos nos proponen más semáforos y que los autos salgan a las calles por placas pares e impares. Es decir, regresaríamos a los años setenta. ¡Qué estupidez!
Nuestros candidatos deberían proponer cómo controlar el crecimiento desordenado de Lima en sus vías de acceso por el sur, norte y centro. Lima colapsa en su ingreso por la Panamericana Sur, por la Panamericana Norte y ni hablar por la carretera central. Es insólito que solamente contamos con tres vías de acceso abarrotadas de desorden, tráfico y comercio; que desfiguran la estética del primer contacto con la ciudad para los turistas que se movilizan por vía terrestre.
Es importante hablar de tránsito y de seguridad ciudadana. Es lo que todos quieren escuchar, pero repito, lo que nos ofrecen es puro palabreo. Nos proponen andar en bicicletas, situación importante para la salud y el deporte, pero me huele a que seremos como Taiwán o Camboya; todos andarán en bicicleta, pero difícilmente nos acercaremos a capitales como Madrid o París. Estamos en todo el derecho de anhelar ver crecer a nuestra Lima como las grandes capitales europeas, pues así fue concebida en su nacimiento, como capital de América y convergencia de la corriente emancipadora. Hasta la próxima semana.