La invasión a gran escala de Rusia a Ucrania es una guerra de agresión no provocada e injustificada por parte de un miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas contra uno de los fundadores de las Naciones Unidas. Este caso no tiene precedentes en la historia, es un asalto contra la paz y la seguridad internacionales.
Ucrania ejerce su derecho a la legítima defensa según lo dispuesto en el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas.
A pesar de las bajas expectativas del mundo exterior sobre la capacidad de Ucrania para defenderse al comienzo de la guerra, Ucrania y su pueblo han estado librando una verdadera guerra popular por su libertad, identidad y derecho a existir durante 100 días, mostrando coraje y resistencia.
El milagro ucraniano de poder resistir una fuerza tan brutal tiene varios aspectos. Las Fuerzas Armadas de Ucrania son capaces y altamente motivadas, liderazgo y coraje del presidente Zelensky, armas avanzadas y duras sanciones contra rusia por parte de los socios internacionales de Ucrania, el increíble poder de la sociedad ucraniana con sus lazos horizontales altamente desarrollados, cohesión social avanzada, solidaridad, capacidad de autoorganización rápida y su capacidad de unión frente al miedo.
Ucrania paga un precio enorme por la seguridad de todo el mundo democrático y los valores comunes. Cuanto más dure esta guerra, mayor será el precio de proteger la libertad, no solo para Ucrania, sino también para todo el mundo libre.
Los lideres de Ucrania dirigen sus esfuerzos para aumentar las capacidades de defensa de Ucrania con el fin de finalmente liberar los territorios ucranianos ocupados por Rusia.
Los principales pilares de la victoria de Ucrania que pueden garantizar los socios y aliados del Estado Ucraniano siguen los mismos: presionar al máximo con sanciones a Rusia, entregar lo más rápido posible las armas pesadas a Ucrania.
Obviamente, la guerra rusa contra Ucrania puso en peligro la seguridad alimentaria mundial.
Según el Secretario general de la ONU, Sr. António Guterres, la guerra de Rusia contra Ucrania amenaza llevar a decenas de millones de personas al borde de la inseguridad alimentaria, seguida de desnutrición, hambre masiva y hambruna.
El robo de los cereales ucranianos por parte de las tropas rusas, el bloqueo de los envíos de cereales y otros suministros alimentarios desde los puertos ucranianos, así como el minado de las rutas de transporte, ponen en peligro la seguridad alimentaria mundial.
La única razón de la escasez, el aumento de los precios y la amenaza del hambre es el bloqueo militar ruso de 22 millones de toneladas de cereales ucranianos en puertos marítimos de Ucrania.
Es sabido que antes de la guerra Ucrania alimentaba a unos 400 millones de personas en todo el mundo, suministrando el aceite de girasol, maíz y grano a diferentes continentes del Planeta.
Además, Rusia continúa bloqueando intencionalmente la siembra en Ucrania al destruir maquinaria agrícola y lanzar ataques con misiles en todo el país.
Por eso Rusia tiene toda la responsabilidad por la crisis alimentaria mundial, la cual puede durar varios años si no se encuentran soluciones en las próximas semanas.
Esta política del país agresor pone en duda su participación en la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) y otras organizaciones internacionales.
Encargado de Negocios de Ucrania en Perú
