Escribe: Juan Gualberto Rondinelli Garay
Cinco orejas en la primera del lunes 16 de julio, fue celebrado con frenesí y gran alegría por un pueblo lleno de nobleza y gran hospitalidad.
Uno propone y Dios dispone. Un lunes con un poco de sol y nubes que amenazaban con llover y solo fue chispas, pero el peligro llegó por la huelga de transporte que no permitía salir de Cajamarca a la carretera rumbo a Bambamarca, pero la virgen del Carmen abrió trochas y se pudo salir por el kilómetro 24.
Se cumplió el duelo de banderillas con la generosa alegría de las cortesías de las invitaciones entre los espadas, dejando gran derroche de facultades físicas de los matadores de toros banderilleros.
Los toros de la cabaña nacional necesitaban una puya corta y un toque. A los toros de San José del Monte les faltó gas y aire por la altura, salían alegres con bríos y trapio para admiración de los tendidos pero no llegaban al último tercio.
En el lote del Zapata, no embestian la muleta, por esa pica de más y tuvo que abreviar, antes ejecutó las banderillas de notable acierto. Se fue de vacío.
El Fandi luego de sortear la llegada de huelga de los transportistas tuvo que sacar recursos de su oficio ganado, el juez de plaza Sr. Marco Latorre escuchó la voz de Dios que es la voz del pueblo y entregó la primera oreja y la segunda a criterio acertado para sumar tres orejas de peso por una en su primero.
Jesús Enrique Colombo en su primero saco su canet de matador de toros a un toro sin gas para sacarle las embestidas de rigor. Pero en el que cerró la tarde, entendió las formas y le dió el trato correcto. Pidió un sombrero a las tribunas de sol y colocó un par al violin y con la otra mano dándole el aire que le faltaba al ejemplar, al propio estilo de Pamplona 2022.
Colombo resetó verónicas, le toreo a sus aires y le puso la muleta en la cara, la magia de sus recursos de rodillas sin muleta con desplante y el desdén de rigor taurino, para conseguir gas y poder colocar una gran estocada como mandan los cánones de ley. Dos orejas vuelta al ruedo con gran ovación.
Dos toreros a hombros por la puerta grande y una bella sonrisa de la patrona virgen del Carmen de Bambamarca para su alcalde Marco Antonio Aguilar Vásquez que de mil amores realizó el máximo esfuerzo para un feria de gran brío, celebración y le sacó el lustre a su bien llevado renombre de MIL AMORES, por el cariño que le sabe dar a un noble pueblo que lo quiere con notable pasión.
En la segunda tarde los ejemplares salieron con el mismo son, sin embargo los espadas sacaron variados recursos.