Tras dejar a toda Cuba sin electricidad, el huracán, que está a punto de ser de categoría 5, avanza hacia el sur de Florida con vientos de hasta 265 kilómetros por hora
El paso destructor de Ian ha rematado con un apagón nacional el verano más oscuro en décadas para Cuba. El huracán ha embestido con tal fuerza la isla que ha fulminado su deteriorada red eléctrica, que ya había provocado distintas protestas durante semanas, y ha dejado sin red a toda la isla en la noche del martes, en un hecho sin precedentes.
La región más afectada por la devastación ha sido Pinar del Río, al oeste de La Habana, por donde ha abandonado el país caribeño para seguir rumbo hacia la parte más sureste de la península de Florida, con vientos de hasta 265 kilómetros por hora. Según el Centro Nacional de Huracanes de Florida, Ian se ha fortalecido más de lo previsto, a punto de convertirse en un huracán de categoría 5, lo que ya ha provocado la evacuación de más de dos millones de personas. Las autoridades temen la fuerza «catastrófica» de sus vientos y las lluvias torrenciales, pero también las marejadas ciclónicas, que amenazan Fort Myers, Cape Coral y Punta Gorda.
El gobernador Ron DeSantis ha emitido una orden de emergencia y ha animado a los ciudadanos a «refugiarse y prepararse» ante la inminencia de la embestida de Ian.
En Cuba también las provincias de La Habana, Artemisa, Mayabeque y la Isla de la Juventud han resultado damnificadas. Los dos fallecimientos reconocidos hasta el momento se produjeron en Pinar.
«Hay que pasar del lamento a la recuperación. Hay que estar convencidos de que saldremos adelante», ha exhortado el presidente Miguel Díaz-Canel tras la arremetida del «organismo ciclónico».
«Cero generación eléctrica», han reconocido las autoridades, por culpa de una «falla en los enlaces occidente, centro y oriente». La región que más ha tardado en recuperar el servicio es la occidental, con distintos reportes desde la propia capital. «El sistema eléctrico nacional se mantiene con una condición excepcional», han advertido desde la Unión Eléctrica (UNE).
Los cubanos han sufrido uno de los peores veranos de su vida, en medio de la asfixiante crisis social y económica y entre repetidos apagones, que además han profundizado su malestar. La falta de electricidad ha agudizado el impacto del dengue en la isla, ante la ausencia del petróleo necesario para las fumigaciones y las elevadas temperaturas.
El huracán Ian y el servicio eléctrico nacional han apagado todo un país, como ya sucedió en Venezuela en 2019. En aquella ocasión, Nicolás Maduro, quien ha ofrecido su ayuda a Díaz-Canel, acusó al Imperio del provocar los gigantescos apagones nacionales.