En las tratativas parlamentarias para reducir el mandato presidencial y el congresal, así como para la elección anticipada de nuevas autoridades, se ha incluido al Parlamento Andino, lo que consideramos un error, dado que lo nacional se rige por la normatividad peruana, pero los internacional por las reglas de los tratados internacionales, en este caso el Acuerdo de Cartagena, el Tratado Constitutivo del Parlamento Andino y, la Convención de Viena entre otros, que incluso se tuvieron en cuenta para la aprobación de nuestras reglas internas sobre la materia, como son las leyes 28360 y 28643 y el Reglamento del Congreso de la República que cuenta con un capítulo especial sobre el “Régimen Aplicable a los Parlamentarios Andinos”
El Perú forma parte de diversos parlamentos, entre los que destaca la “Unión Interparlamentaria” de rango mundial, el “Parlamento Latinoamericano y Caribeño” también conocido como PARLATINO y, por supuesto el “Parlamento Andino. Los representantes del Perú a los dos primeros los designa el propio Congreso Peruano entre sus miembros, a diferencia de los parlamentarios andinos que son elegidos por los ciudadanos en simultáneo con los congresistas de la República y la “Plancha Presidencial”.
Ninguno de los acuerdos, resoluciones y disposiciones de todos esos parlamentos, son de obligatorio cumplimiento por los pobladores de sus respectivos países, por lo cual en buena cuenta lo que señalan son recomendaciones o consejos, ello hasta tratándose de políticas públicas.
En lo que se refiere al Parlamento Andino, que es el objeto de esta columna, es el órgano deliberante del Acuerdo de Cartagena, hoy Comunidad Andina, parlamento que está integrado por representantes de Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú.
La Comunidad Andina se estableció con el propósito de mejorar juntos el nivel de vida de sus habitantes, mediante la integración y la cooperación económica y social, con más de cincuenta años de existencia y diversas variaciones de mecanismos para alcanzar sus logros, pero con insuficientes resultados positivos para mostrar.
Lo último señalado, podría llevarnos a pensar que resultaría conveniente retirarnos del Parlamento Andino, ya que no legisla sino solo recomienda, pero sin embargo el solo hecho de establecer políticas públicas comunes y armonización de nuestras legislaciones nacionales, nos lleva a mantenerlo.
Por otro lado, al determinar políticas públicas comunes, es un buen corsé para no dar la espalda al lúcido y conveniente régimen económico, que ha facilitado las inversiones que generan trabajo y reducción de la pobreza, desterrando las inclinaciones populistas de algunos gobiernos que, lejos de ayudar a la superación de sus habitantes, los avientan a más pobreza.
Los actuales parlamentarios andinos peruanos, dejaron la modorra de anteriores congresistas del área -no todos por cierto- y han iniciado gestiones para priorizar la armonización de nuestras legislaciones, sobre todo en lo relacionado con materia impositiva, comercio exterior, regulaciones empresariales y laborales, que de ponerse en práctica en cada país, ayudarán al proceso integrador.
Si los actuales parlamentarios andinos del Perú están realizando una buena función, es razonable preguntarnos el motivo para reducir su mandato, cuando sus funciones y tareas no son focalizadas en nuestra patria, sino que tienen rango internacional. Es conveniente por ello mantenerlos en lugar de removerlos.