Por: Dennis Falvy / ¿Por qué hay tanto bobo y algunos repitentes?

por | Feb 18, 2023 | Opinión

José Andrés García del Blog Salmon señala que pese a los “Efectos Pirámide” y tanto cuento de estafa habido y por haber, estas siguen pululando y hasta  van in crescendo. Las estafas financieras siguen con caras nuevas y no tan nuevas.

No importan las veces que veamos en las noticias a los Bernie Madoffs del Esquema Piramidal de Ponzi, quien estafó por US$ 65,000 millones a 40,000 personas y le dieron 150 años de cárcel, y recientemente los Sam Bank-man-Fried, el que los trabajadores de las Bahamas y los lugareños que vieron despegar la empresa de US$ 32 mil millones no parecían saber que FTX se estaba ahogando en deudas y enviando miles de millones en depósitos de clientes a su brazo comercial, Alameda Research, para utilizarlos en inversiones de riesgo.

En rigor, no importan las advertencias, sigue habiendo más pirámides y vendedores de puentes en  Oklahoma o supermercados en Dallas que no eran suyos.

Lo que sucede es que les atrae la promesa de obtener algo a cambio de nada. Siempre quieren más. Es pura naturaleza humana. Se cree que sólo caen los tontos, pero no es así.

De hecho, esa falsa superioridad, es otro rasgo que aprovechan muchos timadores, que apuntan a gente muy lista, porque suele tener más dinero.

En las estafas no caen los ignorantes solamente, en los importantes, como los de Madoff, el perfil es justo el contrario.

La emoción, las narrativas y los contextos adecuados pueden obrar maravillas para el timador. Y este Bankman-Fried se codeaba con políticos y poderosos, que pensaban: «Bueno, si John le ha dado millones a este tipo, por algo será, John no es idiota».

Y John (que me he inventado dice García) no es idiota, pero es humano. Nos creemos demasiado listos para nuestro propio bien, como todos esos inversores de Madoff, Fried o Sorokin.

La cantidad de sesgos, y la pereza de analizar las matemáticas en una situación, componen gran parte de esa intuición alterada por historias atrayentes. Y es que las estafas no resisten el mínimo análisis y algo huele a podrido en Dinamarca.

De hecho, algunos están tan metidos en sus mentiras, como Bankman-Fried, que parecen creérselas, como creerse de verdad que eran genios financieros.

Nada es más convincente que un convencido. Esto  no se puede erradicar, porque forma parte de la naturaleza humana.

Pero echar alguna lotería de vez en cuando, sabiendo que compras realmente un poco de ilusión y no el premio es OK-Es al menos algo no tan complicado de asimilar.


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