Por: Dennis Falvy
Dicho de manera simple, la incertidumbre en una inversión es cuando no tienes ni idea de cómo se va a desarrollar ésta. El riesgo alude a que allí sí tienes algo claro de tu inversión y entra el tema de la probabilidad a la cual puedes cuantificar y matematizar.
Hay documentos de la especialidad, de que no existe el riesgo cero y que no hay que poner todos los huevos en una misma canasta o si se quiere a mayor riesgo mayor rentabilidad, pasando por las rentabilidades económicas, financieras, sociales y hasta del accionista.
El problema entonces no es tan fácil como esto suena. Pues hay activos que podrían ser rentables, si se compara cuánto costaron, incluyendo su manutención, pero que no son sujetos de oferta; sea porque el que lo posee es coleccionista o si se quiere tiene una prohibición en su uso o qué se yo.
Un enorme defecto y absurdo que he criticado, es que el BCRP bajo Velarde, quien también preside el FEF, jamás ha invertido en el metal oro, ni siquiera una onza pese a mis advertencias incluso en mi programa de TV No Negociable, cuando el oro estaba a US$ 600 la onza y llegó a casi US$ 2000, precio que se reedita hoy en día.
RENTABILIDAD ECONÓMICA
La rentabilidad económica compara el resultado que hemos obtenido con el desarrollo de la actividad de la empresa con las inversiones que hemos realizado para obtener dicho resultado. Obtenemos uno que es el EBITDA, acrónimo del inglés “Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation, and Amortization” (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones), es decir, el beneficio bruto de explotación calculado antes de la deducibilidad de los gastos financieros. Eso es ahora el indicador más famoso.
RENTABILIDAD FINANCIERA
La rentabilidad financiera (ROE, return on equity) es el beneficio que se lleva cada uno de los socios de una empresa, por haber hecho el esfuerzo de invertir en esa empresa o apalancarse de fondos prestados. Mide la capacidad que posee la empresa de generar ingresos a partir de los fondos. Por ello, es una medida más cercana a los accionistas y propietarios que la rentabilidad económica.
En términos de cálculo, es la relación que existe entre el beneficio neto y el patrimonio neto de la empresa. Hay tres maneras de mejorar la rentabilidad financiera: aumentando el margen, aumentando las ventas o disminuyendo el activo, o aumentar la deuda para que así la división entre el activo y los fondos propios sea mayor.
RENTABILIDAD SOCIAL
Esta hace referencia a los beneficios que puede obtener una sociedad de un proyecto o inversión de una empresa. Es independiente del concepto de rentabilidad económica ya que un proyecto puede ser rentable socialmente pero no serlo económicamente para el inversor.
Normalmente es un concepto que se aplica en la construcción de infraestructuras en una sociedad.
Por ejemplo, la construcción de una carretera será rentable socialmente si los ciudadanos ahorran en tiempo, comodidad y precio al utilizar la nueva carretera y no otra.
Hay inmerso en esto incluso toda una teoría de los Precios Sombra o Shadow Prices, que estuvo de moda en los 70’s así como los costos equivalentes anuales cuando los beneficios de algo eran notorios o si se quiere el tráfico de pasajeros y no los peajes de carreteras y un sinnúmero de técnicas cada una más compleja que las otras y que se nutren de las famosas Tasas Internas de Retorno, el ratio de costo/ beneficio y el valor presente neto. En los cuales el tamaño y la vida útil de los proyectos juega un rol especial.
UNA DIGRESIÓN
En un portafolio del trabajador en una AFP no pierde ni gana, si es que hay variaciones en estas variables de cambios en los precios de los activos financieros, pues nada se gana o nada se pierde sino hasta cuando se efectúa la operación.
En buen romance si las acciones bajan en un 10% no hay pérdida, pues no se han vendido; ello sólo conlleva una reducción en la contabilidad del portafolio, pero se pierde sólo cuando has ejecutado la operación, la cual también puede ser ganancia si obtuviste más numerario del que pusiste para dichas compras cuando vendiste.
Sino es una simple ilusión y no la monetaria de Sir John Maynard Keynes, que trataremos pronto.