Denuncia vicealmirante (R) Luis Giampietri Rojas
El vicealmirante en situación de retiro Luis Giampietri, en diálogo con La Razón, alzó su voz de protesta ante el incremento del narcotráfico debido al cese de operativos antidroga en el Vraem y le echó la culpa al gobierno del golpista Pedro Castillo, que con la connivencia de Vladimir Cerrón, casi transforman al Perú en un narcoestado, lo que repercute en el incremento de la inseguridad ciudadana en las calles y el atrasamiento de la reactivación económica.
¿Qué explicación le encuentra a que el narcotráfico haya llegado a niveles nunca antes vistos?
Esto es parte de una conspiración de la izquierda internacional, el actuar del Estado es contraproducente con lo que estaban haciendo los gobiernos pasados, porque en los últimos tiempos ha estado desviando personal y recursos destinados a la lucha contra el narcotráfico en zonas álgidas como el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM). Estos movimientos son intencionales, están entregando puntos de mucha importancia a las organizaciones internacionales de la droga.
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¿Qué otros actores influyen en esta situación?
Evo Morales, expresidente boliviano, visitó nuestro país y se reunió con Vladimir Cerrón y Pedro Castillo hace tiempo, y, como se sabe, en Bolivia el tráfico de drogas ha crecido exponencialmente con el MAS, el partido de Morales. El poder de la izquierda internacional que se origina en el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla también ha influido mucho. También está metido el Poder Judicial, la Fiscalía y otros personajes, porque no se investiga nada ni nadie hace nada. Los presupuestos se han reducido drásticamente, las fuerzas armadas no van a resistir con tan pocos recursos.
¿Qué implica que el tráfico de drogas se incremente tanto?
Las consecuencias son conocidas, la inseguridad ciudadana es casi un contrareflejo de la lucha contra la droga, mientras más se detectan pozos de maceración, se destruyen pistas de aterrizaje, se capturan más avionetas, la delincuencia disminuye y hay menos robos, secuestros, asesinatos y otros males. Asimismo, cuando los grandes carteles de droga hacen lo que quieren en la selva y sacan toneladas de toneladas de coca hacia Europa y Estados Unidos dejan una estela de sangre y miedo en la calle. Algunos políticos funcionan como una extensión de las organizaciones criminales. Y llama mucho la atención que cuando se involucran las más altas autoridades del gobierno, la policía, el poder judicial, el Congreso, nadie dice nada. Algunos funcionarios corruptos operan como guardianes de la droga.
¿Qué pasa, si el Departamento Antidroga de Estados Unidos (DEA) deja de operar en el país?
No hay explicación lógica para que la DEA se vaya del Perú. La lucha contra el narcotráfico tiene que ser regional, la coordinación con otros países es necesaria permanentemente, ya sean nuestros vecinos Colombia o Bolivia, o Estados Unidos, sin ellos no se tendría eficacia. En la selva no solo hay narcos peruanos, también colombianos, mexicanos, venezolanos es una problemática internacional. Perú no pierde soberanía cuando permite que se nos dé asesoría y recursos de afuera en la lucha contra la droga.
¿Qué puede pasar si seguimos en esta situación?
Si esta situación tiende a agravarse, debido a las oscuras relaciones entre autoridades estatales corruptas y narcotraficantes, va a haber un desorden social y caos en todas las ciudades del país. Hay que develar esas conexiones entre funcionarios corruptos y las bandas, pero es un trabajo riesgoso, porque quien revela esos entretelones se convierte en un personaje incómodo al informar públicamente sobre esa corrupción.