El Presidente Biden ha lanzado un plan gigante y ambicioso para los próximos 10 años; por US$ 2 billones. The Economist trata el tema. Señala que en los últimos dos años, el Congreso ha aprobado tres proyectos de ley, sobre infraestructura; chips semiconductores y vegetación, que pondrán a disposición ese numerario para remodelar la economía y por consiguiente reindustrializarse, reforzar la seguridad nacional, revivir los lugares abandonados, animar a los trabajadores manuales y reducir las emisiones de carbono, todo al mismo tiempo.
Obviamente hay cuestionamientos y análisis de estos requerimientos que involucran el cambio del clima, tomar en serio la amenaza que representa la China y la necesidad de lidiar con los lugares dejados atrás en el corazón de Estados Unidos.
Para la Ley de Infraestructura se supone asignar US$ 1,2 billones por 10 años para carreteras, puentes y cables para una nueva red verde.
La Ley de chips, US$ 280.000 millones. Y, la de Reducción de la Inflación contiene U$ 400 mil millones en subsidios para tecnología verde durante diez años. Algunos piensan que esta última costará el doble.
Pero no solo es dinero, hay requisitos, reglas, como que las baterías se fabriquen en América del Norte, hasta las restricciones a las importaciones y exportaciones de tecnología por motivos de seguridad nacional.
Hay asimismo problemas del ambientalismo, permisos y algunos de los objetivos son contradictorios. Por ejemplo, más empleo, pero mucho de lo que se hará será con robots en línea por lo menos.
Pero no sólo ello, también pueden tener dificultades para encontrar suficientes trabajadores de la construcción a corto plazo necesarios para construir infraestructura verde.
Se señala que para ayudar al plan a realizar sus buenas intenciones, deben suceder tres cosas. El esfuerzo para impulsar la industria nacional debe ir acompañado de un programa sostenido de diplomacia comercial dando acceso a los productos fabricados en el extranjero a los subsidios estadounidenses.
Luego los subsidios deberían inclinarse hacia tecnologías que aún no son comercialmente viables, como los nuevos tipos de reactores nucleares y la captura y almacenamiento de carbono.
Y, para construir nueva infraestructura subsidiada, se necesita una reforma de sus leyes de permisos, tal vez con una ley federal que reemplace las preocupaciones estatales y locales.
Por ello se señala que es audaz creer que la manera de hacer frente a tres problemas que son demasiado difíciles de abordar por separado es tratarlos todos a la vez. Pero si se lleva a cabo, vaya que cambia el mundo por completo y pone a la China en aprietos. https://www.economist.com/leaders/2023/02/02/joe-bidens-effort-to-remake-the-economy-is-ambitious-risky-and-selfish