¿No es acaso que uno que viste el sagrado uniforme de Bolognesi, de Grau o de Quiñones epónimos héroes que se inmolaron ante la desventaja para defender a la Patria, deben llevarlo con honor y valentía?
Lo sucedido en Puno es un acto de cobardía. Los inmorales, antipatria y traidores hicieron que las tropas enviadas para izar el pabellón nacional no pudieran cumplir con su misión, en contrario vejaron y humillaron a la tropa que tuvo que replegarse. ¿Para inmolarse y no dañar a esos seudos terroristas obedientes a las consignas comunistas del atorrante evo morales?
Suponemos que aquellos soldados enviados a izar el pabellón habrían escuchado a uno de alta jerarquía del ejército quien en pleno hemiciclo de la república hablo que el militar debe inmolarse antes de dañar al ciudadano. Pero mamón –es el que recibe 30 mil soles con una actuación deficiente–aquellos no eran ciudadanos patriotas. No eran ciudadanos decentes eran unos muñecos traidores a su país prefiriendo obedecer consignas del enemigo tal como es el impresentable evo morales.
Y vayamos al tema de moda: Al guarapero de Cabana se le agotaron los argumentos. Del cinismo mostrado cuando estaba en actividad desafiando: “demuéstrenme una, una sola prueba de que yo me he tirado un sol”, se le suma agigantando ese cinismo: su bolsita de medicamentos.
Su defensor peruano, muy chistoso él: “Como saben Toledo ya no es el mismo de hace veinte años” Pucha que descubrimiento; laya de defensor—Me recuerda al gordito Borea cuando en el afán de defender al pícaro PPK dijera: “tengan un poco de compasión por este viejito bonachón que no le hace daño a nadie”
Y a propósito del guarapero archicorrupto salen ahora compungidos los que bebieron y comieron del Estado vía Alejandro Toledo. Aparece un sheput que pregona que él no va hacer leña del árbol caído. Que al fin y al cabo su gobierno no fue malo del todo. Opinión similar ha dado el límpido e impoluto Rospigliosi. “Ya pues… Toledo ya es un cadáver. No le hagan daño”.
Todo ello es un material de primera mano para los bermejos; para los bellidos y para esos que meten puñetes por la espalda. Pero hablábamos de los sinvergüenzas que hicieron recular a la tropa. Por culpa de aquel que soltara la ridícula frase para seguir cobrando de a treinta mil el paquete. Oigan la humillación y vejamen no se reduce a los cuatro soldaditos. Es una ignominia mayúscula contra todas la FF.AA .
Pero qué se debe hacer cuando el que dirige es un reverendo gilipollas. Los de dos y tres soles ya debieron acercarse a la Sra. Dina y decirle que a ese no se le puede seguir y menos obedecer. A cambio se han deshecho en enviar comunicados tanto de los altos jefes como agrupamiento de la plana menor del ejército. Pero saben – bienvenida sean. Lo extraño es que ni Otárola ni el menos indicado del Defensa entenderán esos suaves escritos. Es necesario acciones contundentes apoyado en las armas que les dio la patria.
Triste será el capítulo que conserve la historia cuando se refiera a ese cobarde repliegue y sus comandantes generales que se apoyaron en el que los representaba en la clase política. —Algo como quien dice: Yo no fui, yo no estuve al mando y a mí me informaron por TV. Se dijera que el militar que soltara esa nefasta frase es un militar de ventana. Sin coraje y arrojo. Esos personajes señor Otárola están regalando material a los que no quieren a la presidenta Dina; a los que ni por asomo aceptan el calamitoso funcionar del Congreso. Esto sumado al contingente de mochasueldos, son la delicia del enano en sus trece y los de la turba de Puno.
Por último, se nota a vistas claras que la tv está inundada de caviares y seudo afiliados a la izquierda como la mofletuda R.M.P. Otra de ese mismo estilo saltó dando un brinco mayúsculo cuando su entrevistado le narraba algunos funestos hechos usando la frase “la turba”. Interrumpiendo, la seudo periodista le increpó ¿Por qué les dice los de la turba? ¿Acaso le han hecho daño a Ud.?
Para finalizar, aun cuando me haya desviado de un problema muy urgente, les recuerdo que ni un alto oficial en el Congreso ni en ninguna otra parte alguien haya deslizado, aunque tangencialmente las paupérrimas pensiones que percibimos los de la plana menor, principalmente. Seguimos camino a la pobreza extrema.
(*) Miembro (r) de la Marina de Guerra y analista político.