En el Perú se ignora que el gasto corriente del gobierno está in crescendo y los ingresos tributarios lo contrario.
Los anuncios del gordito del MEF de que nos recuperamos son irrisorios y al menos Velarde ya habla de crecimiento del PBI cero, pero nada más.
Lo grave es que economistas obsoletos señalan que la deuda del país es pequeña y tenemos techo porque miran las enormes deudas de Japón y los EEUU, de más del 100% de su PBI haciendo comparaciones absurdas, y yo diría ridículas.
Jorge Baca en reciente post muestra un gráfico en que para el 2012 y abril 2023, los gastos han crecido incluso más que la etapa de la pandemia.
Esto además agravado por las emergencias y la inflación. Asimismo, presenta la evolución del resultado económico del gobierno central expresado como porcentaje del PBI y muestra que en el último trimestre de 2022, el déficit fiscal se ha venido incrementando, alcanzando el 2.43% del PBI en los últimos doce meses, lo que desdice lo presupuestado de manera optimista para este año.
Y encima se advierte de la probabilidad de un Niño para el 2024. En rigor, la deuda pública total peruana es de US$ 84,976 millones (ver Gráfico que adjuntamos) y esto quiere decir según el Dr Baca, que cada peruano tiene una deuda de US$ 2,575 dólares; es decir 9 salarios mínimos.
La deuda ha pasado de US$ 37,397 millones a fines del 2012 a esa enorme cantidad de casi US$ 85,000 millones. Ha subido 127% en 10 años señala el Dr Baca.
Es decir, teníamos un 20% del PBI en el 2012 y ahora 33%. Y nos hemos tirado montón de ahorros como el FEF. Y hay economistas bobos, absurdos y obsoletos, que dicen los bárbaros que tenemos techo para endeudarnos.
El colmo es que la nueva deuda se hace a tasas mayores que repercuten año a año en el pago de intereses en el servicio de deuda. La solidez fiscal se está evaporando a pasos agigantados y nadie hace nada al respecto y así perderemos inclusive el “Grado de Inversión”.
Pero más grave que esto es que se está gastando más en gastos corrientes como bonos e inversiones dudosas y la Refinería de Talara.
Es menester advertir que entonces la política monetaria está perdiendo la otra pata que se llama política fiscal, la que recalcamos, aumenta los gastos corrientes en transferencias monetarias, bonos y subsidios, lo que no es una política sana, como tampoco lo es incrementar consultorías innecesarias o una burocracia de lo peor e improductiva.
Ver: http://prediceperu.com/2023/05/13/linterna-de-popa-394/).