Según estipula el artículo 7 de la Constitución peruana “todos tienen derecho a la protección de su salud, la del medio familiar y la de la comunidad así como el deber de contribuir a su promoción y defensa”, la salud es un derecho inherente de las personas. Sobre esta base, las autoridades sanitarias y sectores relevantes buscan que el acceso al cuidado y la atención integral sea universal y que la atención pública sea integral, solidaria, equitativa, oportuna, de calidad y accesible.
Taiwán, de forma similar, basa su legislación en la equidad de los servicios de salud entre sus ciudadanos, habiendo logrado que todos gocen de una atención de salud accesible y de bajo costo y se encamine hacia un seguro universal que garantice servicios sanitarios eficientes para toda su población.
El mundo se está encaminando a su reactivación económica postpandemia, después de 3 años de ardua lucha contra el covid-19. No podemos soslayar que está latente la consecuente situación de incertidumbre global por la aparición de una variante o de un nuevo virus, por ello, hoy más que nunca, es innegable la importancia y la necesidad de la cooperación internacional -sin exclusiones- para enfrentar en conjunto los grandes desafíos de la era pospandémica.
La 76ª Asamblea Mundial de la Salud (AMS) se celebrará en Ginebra (Suiza) del 21 al 30 de mayo próximo. Este año 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS), responsable de desempeñar una función de liderazgo en los asuntos sanitarios mundiales, conmemora un nuevo aniversario de fundación con el lema “Salud para Todos”. Lo que debería implicar que todos estén incluidos y no dejar a ninguno atrás. Es así que es impostergable la inclusión de Taiwán en todas las reuniones, mecanismos y actividades de la OMS, y ser aceptado a participar en calidad de observador de la AMS.
Taiwán ha sido protagonista en la batalla contra la pandemia del covid-19, su éxito en combatirla y su capacidad de brindar ayuda donde haya necesidad se tornó un ejemplo para la comunidad internacional, habiendo también realizado significativas contribuciones a la salud pública mundial. A pesar de ello, se le continúa excluyendo de la AMS y de la OMS, negándole así el derecho a la salud a los 23 millones de taiwaneses.
La arquitectura de la salud global, que la OMS debe sostener a pesar de los desafíos sanitarios globales, requiere del apoyo de la comunidad internacional en su conjunto. Taiwán ha expresado su voluntad de trabajar con la OMS y fortalecer esa arquitectura, que ha demostrado ser vulnerable ante las amenazas sanitarias globales. Taiwán se rehúsa a ser “el ladrillo que falta”, y está dispuesto a trabajar con la OMS para fortalecer colectivamente la arquitectura de la salud global, para desarrollar un marco de cooperación global cohesivo e integrador.
Es evidente que la participación de Taiwán en la AMS y la OMS es un asunto pragmático, más no político. Esta aseveración es irrefutable, por ello muchos países desde el año 2017, vienen haciendo llamados a la AMS para reincorporar a Taiwán como observador y ser incluido en todas las reuniones, mecanismos y actividades de la OMS. Lograr una “Salud para Todos” demanda del concurso de todos para combatir la pandemia y los múltiples desafíos globales, actuales y futuros, que encara la humanidad.
(*) Representante de la Oficina Económica y Cultural de Taipéi en el Perú