Luego de un arduo trabajo de investigación realizado coordinadamente entre la Fiscalía Especializada contra el Crimen Organizado y la Policia Nacional, se puso al descubierto la existencia de una nueva organización criminal denominada “LOS MALDITOS DE LA PRENSA” encabezada por el alcalde electo de Olmos, Willy Serrato Puse, quien a través de una red de testaferros puso en circulación el denominado diario “LA VERDAD” con el propósito de extorsionar empresarios y autoridades a cambio de fuertes sumas de dinero. Según las investigaciones y hechos revelados por colaboradores eficaces y testigos protegidos, Serrato, a través de su testaferro Orlando Jimenez Soto y otras veces de manera directa, exigía fuertes sumas de dinero a empresarios y autoridades para no denigrarlos a través de publicaciones del diario “LA VERDAD”, emprendiendo demoledoras campañas de desprestigio contra quienes no cedían a sus ilícitos requerimientos.
Asimismo, Jimenez Soto era el encargado de coordinar con otras organizaciones criminales interesadas, acciones de desprestigio contra ciudadanos que eran atacados a cambio de fuertes sumas de dinero en efectivo.
Los colaboradores eficaces han sindicado a Jimenez Soto de recibir semanalmente fuertes sumas de dinero de parte de la gestión del hoy preso alcalde de la MPCH, David Cornejo Chinguel para encubrir los delitos cometidos al interior de la comuna. Similares entregas de dinero recibía constantemente del Grupo Oviedo para desprestigiar a otros empresarios azucareros e incluso para atacar con notas difamatorias a jueces y fiscales que no accedían a las pretensiones de organizaciones delictivas interesados en tomar el control de las azucareras Tuman y Pucala.
Según la información en poder de la Fiscalía, el paciente seguimiento a los investigados, así como el levantamiento del secreto de las comunicaciones, permitió verificar la existencia de nexos entre Serrato y ex miembros del destituido Consejo Nacional de la Magistratura, con quienes sostenía reuniones en Chiclayo y otras ciudades para concertar actos de corrupción y tráfico de influencias; relación de la que se habría valido Serrato para sortear hasta ahora más de una veintena de procesos que se le siguen por corrupción, lavado de activos y otros, dentro de los cuales se puso al descubierto que era el verdadero dueño del diario “LA VERDAD” a través de testaferros y empresas de pantalla. Enterados de estas contundentes declaraciones a través de malos elementos infiltrados en la Fiscalía, LA VERDAD se apresuró a emitir un comunicado tratando de deslindar los delitos en que están comprometidos su dueño real y aparente.
