La expresión de ‘El peor de los peores’ califica al conjunto de inquilinos que ocupan curul en el callejón de la Plaza Bolívar. Se han referido así destacados políticos que alguna vez fueran diputados, senadores o como les llaman ahora congresistas. Muchos llegaron a presidir la mesa directiva.
Sin embargo, la calificación se queda corta cuando se escucha a los aventureros denigrar a sus propios compatriotas para alinearse con un estrafalario gobernante mejicano que permanentemente está hablando estupideces contra la presidenta de la República del Perú.
Y ya se dijo que en la persona de la presidenta injuria a las mujeres del Perú. Pero a los dogmáticos que pululan en el Congreso eso no los inquieta y prefieren alinearse con ese metiche gobernante mejicano López Obrador.
Allí estarán los bellidos, bermejos, las tellos las susels ésa, de pronto, se alucinó inteligente para “dictar conferencia magistral” al final fue una ridícula cháchara que se despachó mientras sus colegas de vagos se adormecían.
Muchos de esos ganapanes lejos de indignarse por las estupideces que dice el charro sobre Perú, lo aplauden. Entonces estamos, es de lo peor que le pueda pasar a la república.
Aquellos todavía lamiéndose las heridas perdieron al corrupto Pedro Castillo que les permitiría hacerse de ingentes cantidades de dinero de la cosa pública.
Entonces le viene a pelo un imbécil como el charro que los ayuda a despotricar contra la presidenta de la república Dina Boluarte. Entonces insisto, lo perdieron, pero no lo asimilan. Es, saben, el estilo rastrero de hacer política de las tesoritos, de las suseles y, de yapa el cinismo mayúsculo, de una que otra que dejando saber su inquina con los EE.UU. se aprovecha para “luchar por los pobres”. ¿Pero qué de raro acá? Esa misma señora se va de licencia arriba y busca como invertir dizque “sus ahorros”, se compra dos residencias, acción que ha trascendido en los medios de comunicación.
Pero qué ha de ha de hacerse si a esos ganapanes no les entran balas. Los ilícitos se suceden a diario. Ingresaron con tanta angurria los tello, los corderos para que los empleados que les pone el Congreso, se conviertan en sus víctimas quitándoseles el sueldo que el Estado les asigna. Pero tienen, al fin y al cabo, a San Williams que de inmediato se hace de la vista gorda. El ajuste, el señalamiento de los ilícitos ya se verá, tal vez…
La ciudadanía ha dado en acostumbrarse visto que nadie hace nada para corregir y repite con conformismo: Otorongo no come otorongo. Pero la realidad cruda y peluda es que entre rateros no se arranchan la cartera.
De otro lado y como que se recibiera bendiciones del ignorante—de quinto patio– Charro López los ganapanes siguen hundiendo al Congreso en rincón de pueblo joven. No levantarán la voz para hacer callar al charro. Pena también por el noble pueblo mejicano que no se merece un mequetrefe como Presidente de los Estados Unidos Mejicanos.
Con toda la inmundicia que allí se amontona los ganapanes están imbuidos, ahora en sacar manteca y ver si cuelgan en la mesa directiva a un rojo o roja.
San Williams pasará a tomar asiento a su escaño sin ninguna gloria, pero si con un montón de pena.
Hasta hoy es un misterio para saber cuál fue la velocidad de Williams para poner sobre la mesa el regalo de nueve mil y pico de soles para todos los viandantes del Congreso. De los pensionistas de las FF., AA y PNP no se abocan ni por asomo a buscar justicia.
Finalmente, cómo refutar las sabias apreciaciones de los que dijeron que este Congreso es el peor de los peores. Aun cuando hay en el universo de los aventureros dos calificados sobones quienes parecen hermanos gemelos. Uno un tal Gorriti dijo que el guarapero de Cabana es uno de los mejores presidentes que tuvo el Perú. En igual sentido su hermano gemelo el niño tonto o Kanibal Torres, encumbró a mejor presidente del Perú al corrupto Pedro Castillo. Eso no hace sino confirmar que: Dios los cría y ellos se juntan.
(*) Miembro (r) de la Marina de Guerra y analista político.
