Por Amín Chaoudri, embajador del Reino de Marruecos
Como todos sabemos el fenómeno de la migración es un fenómeno global que lleva existiéndose casi desde la existencia de la humanidad. Si dejamos aparte las polémicas teorías de la comunidad científica, sabemos que los primeros migrantes fueron los humanos primitivos que salieron del continente africano hacia Eurasia y otras partes del planeta.
Y desde entonces el ser humano ha seguido destacándose por esa movilidad durante toda la historia, la única diferencia es que la migración o más bien, la problemática migratoria se ha hecho cada vez más compleja, debido en parte a los cambios políticos, ambientales y socioeconómicos en los países de origen y de destino, por eso es una de las cuestiones prioritarias en las agendas nacionales, regionales e internacionales de casi todos los países.
En primer lugar, y frente a las narrativas equivocadas sobre la migración africana hacia Europa, permítanme comenzar dando unas estadísticas:
En términos globales, La migración africana a Europa representa solamente el 12% de la población total de migrantes y el 2% al resto del mundo, en otras palabras; el 86% de los inmigrantes africanos se quedan en África por ello los movimientos migratorios ocurren dentro del propio continente africano y no fuera del continente.
Contrario a lo que muchos puedan pensar, la realidad es que aproximadamente 21 millones de africanos viven legalmente en otros países del continente, aunque esta cifra podría estar subestimada.
En un mundo donde los discursos de odio y racismo a menudo nublan nuestro entendimiento, es vital que pongamos los hechos en perspectiva y confrontemos los mitos con la verdad. La migración africana, un tema que ha sido objeto de malentendidos y tergiversaciones, es un claro ejemplo de ello.
A pesar de que la mayoría se desplaza dentro de África, no podemos pasar por alto los 11 millones de migrantes africanos en Europa, los 5 millones en Oriente Medio y más de 3 millones en América del Norte. Esta imagen más matizada y precisa, desafía las nociones preconcebidas y destaca la importancia de un entendimiento informado y compasivo de las complejidades de la migración africana.
Tanto en África como en América Latina, la migración es un fenómeno que se manifiesta de manera prominente, marcando a estas dos regiones por sus dinámicas migratorias complejas y multifacéticas. Aunque separados geográficamente, compartimos causas similares, como la búsqueda de oportunidades económicas, la huida de conflictos, los efectos del cambio climático, y la adaptación a políticas migratorias cambiantes.
Sin embargo, también presentan diferencias en cuanto a patrones migratorios, políticas gubernamentales y respuestas sociales. Estas similitudes y contrastes ofrecen una visión a través de la cual podemos explorar y entender la naturaleza compleja de la migración tanto en el continente africano como en la región latinoamericana.
Además, lejos de detener los flujos migratorios, la pandemia de Covid-19 los ha transformado, intensificando la vulnerabilidad de los migrantes y empeorando las condiciones ya precarias de los trabajadores en movimiento.
Esta migración no es un fenómeno aleatorio, sino que surge de una compleja interacción de factores, incluyendo conflictos, políticas opresivas y la falta de oportunidades económicas. Paralelamente, África enfrenta una frecuencia creciente de desastres naturales. El banco Mundial prevé que habrá 86 millones de migrantes en el continente relacionados con el cambio climático para 2050.
Pero no todo es sombrío. La pandemia ha servido como testimonio del impacto positivo de los migrantes en sus países de acogida y de origen. La diáspora africana, denominada justamente la «sexta región de África», juega un papel cada vez más vital en el desarrollo socioeconómico, especialmente mediante las transferencias de fondos.
Un claro ejemplo de esto es mi país, donde las remesas de los migrantes alcanzaron una cifra récord de 11,2 mil millones de dólares en 2022, lo que representa un aumento del 2,4% en un año, según el Banco Mundial. Marruecos se ubica como el 13º principal beneficiario de remesas migratorias a nivel mundial y el segundo en la región de Oriente Medio y África del Norte. El hecho de que estas remesas representaron el 8,1% del PIB de Marruecos en 2022 subraya su importancia crucial en la financiación de los déficits de la cuenta corriente y las finanzas públicas.
II/ Marruecos: Una tierra de emigración, tránsito y acogida
Con una posición geográfica privilegiada, teniendo un litoral de más de 3000 km de océano atlántico y de más 500 km mediterráneo con fronteras al este con Argelia y al sur con Mauritania y a solamente 14km de Europa, Marruecos fue considerado en una época solamente una tierra de emigración y de tránsito. Sin embargo, desde el principio de la década de 2000, Marruecos se convirtió en un país de acogida para inmigrantes de diferentes regiones del mundo, incluyendo Oriente Medio, Asia, Europa y sobre todo nuestros hermanos del África subsahariana.
Ante estos profundos cambios en la dinámica migratoria, Marruecos ha optado soberanamente por implementar una nueva política de migración, basada en un enfoque humanista, coherente y global, que incluye medidas en áreas fundamentales como la educación, la salud, la vivienda, la asistencia social y humanitaria, la formación profesional y empleo, la gestión de los flujos migratorios, y la lucha contra la trata de personas, alineándose con las metas del Pacto Mundial para las Migraciones Seguras, Ordenadas y Regulares (PMM), firmado en Marrakech en diciembre de 2018.
III/ La Visión Real y el marco legal en Marrueco
- La Visión Real y el marco legal
A principios del milenio, Marruecos emprendió una reflexión profunda sobre la inmigración, entendida como un fenómeno transfronterizo con responsabilidades a tres niveles: nacional, regional e internacional.
La Constitución de 2011 es emblemática de este enfoque, incorporando cinco artículos dedicados a temas como la gestión de la residencia de extranjeros, la no discriminación y la igualdad de derechos.
Bajo la sabia ilustración de Su Majestad el Rey Mohammed VI, la migración se ha convertido en un motor de innovación y prosperidad, con una política desde 2013 que ha regularizado a miles de personas en situación irregular, garantizando su acceso a servicios públicos como educación, salud y seguridad social.
A través de nuestra Estrategia Nacional de Inmigración y Asilo, en marcha desde 2013, hemos adoptado una serie de medidas relativas a los migrantes para proteger sus derechos y libertades fundamentales. Esta estrategia establece un marco de institucionalidad adecuado y gestiona los flujos migratorios con respeto a los derechos humanos, enfatizando cuatro objetivos estratégicos: la integración responsable, la regulación, la institucionalidad y la gestión de flujos migratorios.
Esta visión considera la inmigración como una oportunidad, abordando desafíos en áreas como la integración, política exterior, gobernanza y economía. Además, define 27 objetivos específicos centrados en la promoción de los derechos, la cooperación internacional y la mejora de la regulación y coordinación en temas de inmigración y asilo.
- El Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH)
Esta estrategia «vanguardista» de Marruecos en política migratoria, iniciada en 2013 bajo las recomendaciones del Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH), ha sido proactiva en la defensa de los derechos de los migrantes. Liderado por el Soberano, el CNDH ha supervisado y evaluado la migración en el Reino, alineando las leyes de inmigración y asilo con estándares internacionales y estableciendo una política que protege los derechos de migrantes y refugiados.
Para abordar la migración irregular, se han habilitado mecanismos de regularización, inspirándose en diferentes modelos internacionales y enfocándose en los derechos de los migrantes. Las autoridades han priorizado acciones para promover la igualdad, atraer talento, combatir la xenofobia y planificar futuras campañas de regularización, reflejando una visión económica favorable y un firme compromiso con los derechos humanos y el Estado de derecho.
IV/ La política migratoria de Marruecos en África e internacionalmente
- Observatorio Africano para las Migraciones (OAM):
La inauguración del Observatorio Africano para las Migraciones (OAM), impulsada por Su Majestad el Rey Mohammed VI en su papel como Líder de la Unión Africana (UA) en la cuestión migratoria, no solo refleja su liderazgo voluntarista, sino que también marca un paso hacia el objetivo de permitir que África se apropiara del tema de la migración africana. Esta institución pionera en África, es la propuesta principal del Agenda Africana sobre la Migración, presentada en enero de 2018 durante el 30º Cumbre de la UA.
Creado con la aprobación de los Jefes de Estado africanos, el Observatorio satisface una necesidad estructural de mejorar la gobernanza migratoria mediante una comprensión profunda y detallada del fenómeno migratorio. Sus principales objetivos incluyen:
- Proveer al continente una fuente centralizada y unificada de datos sobre la migración.
- Mejorar el conocimiento de África sobre las migraciones y la movilidad.
- Contribuir a políticas e intervenciones basadas en pruebas sobre la migración en África.
- Sostener y reunir otras iniciativas existentes relacionadas con la migración en África.
La misión del Observatorio Africano para las Migraciones (OAM) se centra en observar y monitorear flujos migratorios, realizar investigaciones, difundir buenas prácticas y establecer un sistema de información para supervisar tendencias y políticas migratorias. Además de fortalecer capacidades y brindar apoyo técnico, el OAM guía a los países africanos en la creación de políticas migratorias efectivas, armonizando regulaciones en todo el continente, y estableciendo enlaces con organizaciones internacionales y regionales. Su trabajo promueve el diálogo y el intercambio entre expertos, contribuyendo a una gobernanza migratoria más efectiva en África.
En conclusión, la creación del OAM significa que África se regocija de disponer de su propio Observatorio para las migraciones, desmantelando la percepción negativa y construyendo una nueva aproximación positiva hacia la migración como un activo humano. En palabras de Su Majestad el Rey: » «Nuestro deseo es ver el trabajo de este Observatorio extendido y fortalecido mediante la colaboración con instituciones similares en otras regiones.»
- El Pacto Mundial para las Migraciones Seguras, Ordenadas y Regulares (PMM)
El Pacto Mundial para las Migraciones Seguras, Ordenadas y Regulares (PMM), firmado en Marrakech en 2018, es un acuerdo intergubernamental esencial en la gobernanza global de migraciones, apoyado internacionalmente. Con un enfoque amplio e integral, el pacto establece 23 objetivos para mejorar la gestión migratoria. Sus metas incluyen atenuar los factores negativos de la migración, reducir los riesgos para los migrantes, responder a las inquietudes sociodemográficas y crear condiciones favorables para el aporte de los migrantes al desarrollo sostenible. El Pacto de Marrakech promueve estrategias y políticas innovadoras, fortaleciendo las instituciones y acompañando a los actores sociales, y reconoce la insuficiencia del enfoque de seguridad tradicional en la regulación migratoria.
Marruecos, como país comprometido con estos objetivos, acogió de manera virtual la primera reunión intergubernamental para el Examen regional del PMM en 2021. Este encuentro permitió evaluar la implementación del Pacto en África y sentó las bases para el Foro Internacional de Revisión de Migraciones de 2022.
La vasta y compleja naturaleza de la migración en el continente africano y la experiencia específica de Marruecos en el manejo de este fenómeno nos proporciona valiosas lecciones y perspectivas que son profundamente relevantes para el contexto migratorio de América Latina.
La dinámica migratoria en África no solo destaca los desafíos urgentes y persistentes, sino también las oportunidades y beneficios que se derivan de una política migratoria bien articulada y humanista. La experiencia de Marruecos, en particular, ilustra cómo un enfoque comprensivo e inclusivo puede convertir un fenómeno complejo y a menudo doloroso en una fuente de crecimiento y cohesión social.
Las iniciativas intrarregionales, como el Observatorio Africano para las Migraciones (OAM), y los compromisos internacionales como el Pacto Mundial para las Migraciones Seguras, Ordenadas y Regulares (PMM), demuestran que es posible una gestión colaborativa y eficiente de la migración. Estos esfuerzos enfatizan la necesidad de una cooperación internacional y regional basada en el respeto, la empatía y la comprensión mutua.
En América Latina, donde la migración también juega un papel vital, estos insights podrían inspirar nuevas formas de enfrentar desafíos similares. La región podría beneficiarse al adoptar enfoques que vean la migración no solo como un desafío, sino como una oportunidad, enfocándose en los derechos humanos, la integración, y la cooperación regional e internacional.
La colaboración intergubernamental, la inclusión del sector privado y la sociedad civil, junto con la participación vital de la Diáspora en las discusiones sobre la gobernanza migratoria y un enfoque multidimensional de la migración, son fundamentales para el éxito de tales iniciativas. La migración no debe ser vista simplemente como un deber internacional, sino como una oportunidad para fortalecer la cohesión social, impulsar el desarrollo económico y promover una integración regional más profunda.
Este desafío global nos convoca a trabajar conjuntamente, intercambiando experiencias y considerando la migración como una oportunidad, no una amenaza.
(*) Embajador del Reino de Marruecos