El Economista, político y docente Argentino Javier Gerardo Milei, es la persona que ha sorprendido gratamente a los ciudadanos latinoamericanos, pero que ha causado el terror y miedo de la clase política Argentina por su triunfo arrollador en las elecciones primarias en dicho país.
Una victoria con más del 30% de votos, que como el mismo lo admite es el triunfo del pueblo argentino, efecto del reflejo de una población desesperada en búsqueda de un líder que sea el antídoto a los síntomas exteriores de la putrefacción de un sistema sórdido que viene utilizando a la democracia como el mecanismo mediante el cual una “casta” se empodera para empobrecer a su patria y distraer a los más necesitados con subsidios que solo buscan mantenerlos en su estatus sin sacarlos de la pobreza, obligándolos cual adictos a votar por ellos por necesidad y no por convicción.
Milei representa la esperanza de una sociedad que ha bebido la gloria de ser una potencia mundial, la “Gran Argentina” que hasta finales del siglo XIX era la primera economía del mundo, privilegiada con un territorio envidiable que le permitió ser la mejor despensa agrícola del planeta, con llanuras verdes interminables, lleno ganado equino y bovino que son el sueño de cualquier país de la tierra, nación que lamentablemente cayo en las fauces ideológicas e insaciables de un grupo minúsculo de rufianes políticos, que se han turnado en el poder durante más de cien años con la única finalidad enriquecerse, degradando a la nación latina más grandes del continente.
Milei no la tiene fácil, sus posiciones principistas en fortalecer la economía reduciendo entidades públicas, de no hacer gastos en medios de comunicación para publicidad estatal y la eliminación progresiva del banco central, le han traído una serie de ataques muy bien orquestados desde las clases dominantes que serán capaces de hacer cualquier cosa para no dejar los ilegales privilegios que obtiene con el poder, el triunfo de la posibilidad de un cambio responsable pero radical se sostiene en lograr mover a esos millones de argentinos que votaron por él, a que difundan sus propuestas vía redes sociales, que enséñeme dentro de sus círculos sociales las credenciales académicas de Javier Gerardo, pero sobre todo de la constancia, persistencia y éxito en lograr convocar a que vayan a votar a quienes realmente deseen volver a ver a “La Gran Argentina” como la primera económica del mundo.
Estamos seguros que Dios ayudará al pueblo argentino y logrará liberarse de estos sátrapas.
