Martín Belaunde Moreyra
Como quisiéramos que Juan Guaidó, Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, fuera Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, pero no lo es todavía. En el diario Gestión salió la noticia que Jair Bolsonaro, Presidente del Brasil, le había conferido ese reconocimiento. Pero si leemos bien el contenido de la noticia, Bolsonaro saludó que Guaidó hubiera jurado el cargo de presidente y reiteró que el gobierno de Maduro debe salir para el bien de su país, sin llegar a un reconocimiento.
Ningún otro medio limeño ha repetido el titular de Gestión. Tampoco ninguno del exterior. Por lo tanto, podemos colegir que Gestión incurrió en un error muy frecuente, denominado en inglés “wishfulthinking”. En otras palabras, pensar en lo que uno quiere que sean las cosas, pero no como son. Y la realidad, es que Maduro aún permanece al frente de un gobierno que para mal controla Venezuela, por lo menos cuando escribo este artículo.
Dicho esto, podemos preguntarnos: ¿cuándo se produce el reconocimiento de un gobierno? Se trata de un tema de Política Internacional y además de Derecho Internacional Público, en el cual intervienen aspectos de la cruda realidad del país y además materias jurídicas de gran trascendencia. ¿Cuál es primero, el huevo o la gallina? Me temo que en estas situaciones debe examinarse objetivamente lo que pasa en un país que atraviesa por una etapa de gobierno dual.
La regla aplicable para el reconocimiento de un gobierno obedece al estudio de tres factores: 1) si en efecto se ha constituido como tal y si controla una parte significativa del territorio y de la población del país; 2) si ese nuevo gobierno en trance, de ser reconocido, se compromete a cumplir las obligaciones internacionales del país; y 3) como factor más reciente, si ese gobierno reconoce los derechos humanos de la población y además garantiza la existencia de la oposición. Este último factor prevalece en el Hemisferio Occidental, salvo México, así como en muchos países de Europa, pero no en el resto del mundo.
Si examinamos el cumplimiento de estos principios, el primero definitivamente no es aplicable a la autoproclamada presidencia de Venezuela reivindicada por Juan Guaidó. Esta carencia en la práctica es suficiente para demorar su reconocimiento como gobierno hasta que se produzca un avance en el control del país. De lo que se desprende que aún no se dan las condiciones para reconocer un eventual gobierno venezolano dirigido por el actual Presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó, quien fue capturado y luego liberado por el Sebín. ¿De qué gobierno hablamos?
¿Cómo analizamos la experiencia histórica? Durante la Segunda Guerra Mundial tuvimos el ejemplo de los gobiernos en exilio, pero tal experiencia está limitada a esa época histórica. A partir de los años 40 del siglo XX, México reconoció a un fantasmal gobierno del exilio de la república española, pero nadie más. Finalmente, tuvimos el caso de China en el que los Estados Unidos terminaron reconociendo al gobierno de Mao Ze Dong después de 20 años. El gobierno de los Estado Unidos precisamente ha vuelto a pedir la salida de Maduro con un llamamiento explícito para un nuevo gobierno. Pero eso no es reconocer.