La Constitución de 1823 en Perú nació con una visión liberal y un sistema parlamentarista, reflejando las ideas políticas de la época. Esta constitución fue el resultado del esfuerzo legislativo del primer Congreso Constituyente, que buscaba la soberanía del pueblo y estableció los principios fundamentales de la organización del Estado, inspirados en el contexto post-independencia, fue un intento de plasmar los ideales liberales y parlamentaristas inspirados por la filosofía de la Ilustración, en particular, los principios defendidos por pensadores como Locke y Montesquieu, marcado por la aspiración a la libertad individual y la limitación del poder, reflejó en las bases de la Constitución de 1823, ideas que transmitía el Solitario de Sayán en aquellos tiempos.
El artículo primero proclamó la república y descartó la monarquía. La soberanía, según el artículo segundo, residía esencialmente en la nación, y su ejercicio en el Congreso que la representaba. Se destacaron principios fundamentales como la protección de la libertad individual, la igualdad ante la ley y la libertad de imprenta. Además, se introdujo el concepto de la división de funciones del poder en tres, independientes unas de otras, resaltando su liberalismo.
La Constitución de 1823 también estableció la independencia del Poder Judicial y la inamovilidad de los jueces. Introdujo la idea de la justicia penal por jurados y delineó la estructura del Poder Judicial de manera más detallada.
Después de la breve vigencia de la Constitución de 1823, Perú experimentó una serie de cambios políticos y constitucionales a lo largo del siglo XIX. El país enfrentó periodos de inestabilidad política, conflictos internos y luchas por el poder, durante estas décadas, se sucedieron diversas constituciones, reflejando las tensiones y aspiraciones políticas, a 200 años suena como si lo viviéramos los peruanos en el día a día la pugna de poderes, no es cosa del pasado.
Al conmemorar los 200 años de la Constitución de 1823, es imperativo reflexionar sobre nuestra historia constitucional y proyectar una visión de futuro que abrace los principios del desarrollo sostenible. La protección de nuestra biodiversidad, que es parte intrínseca de nuestra identidad nacional, debe ser un pilar esencial en la construcción de una República sólida y justa a nuestros próximos años. Así como las bases constitucionales que nacieron para promulgar la constitución de 1823 a 200 años debemos tener claro que el respeto por la biodiversidad no solo es una responsabilidad ambiental, sino también una obligación hacia las generaciones futuras, integrar el desarrollo sostenible en nuestra visión constitucional implica asegurar que nuestras políticas y acciones no comprometan la salud y la diversidad de nuestros ecosistemas.
Recordemos las palabras de José de San Martín al dejar la representación nacional: «Os dejo establecido la representación nacional, si depositáis en ella toda su confianza, cantad el triunfo; sino, la anarquía os va a gobernar» , pareciera que San Martín fuera profeta, ya que con la Constitución de 1823 nace el derecho constitucional en el Perú, pero también toda la inestabilidad política hasta nuestros días .
La historia constitucional nos guía para orientar nuestros pasos hacia el bienestar colectivo y el respeto por nuestros territorios, trascendiendo los desafíos del pasado hacia un futuro más justo y sostenible.