Para la Sra. Dina estar en el gobierno le significa la dicha de viajar principalmente al exterior. Allí agarradita de la mano de Joe Biden –presidente de los EE.UU. de América, procurará hacer amigos que le abran trocha caso que tenga que salir por la ventana con los zapatos en la mano rumbo al aeropuerto.
Salir con los zapatos en la mano, hay que hacer la diferencia, con aquella Betsy secretaria nocturna del gamberro Pedro Castillo. Recordemos, aun cuando no venga al caso, aquella recibió al calentón Pedro lista para el combate. Es decir, mirando el lápiz, de su partido—Iba a poner de su marido– Caso diferente a lo de la Sra. Dina que sola se está disparando a los pies, soliviantando a la muchedumbre que reclama mejoras en salud, trabajo, seguridad y un montón de etc.
Se ve pues que aquello no le va ni le viene. Está conforme. Los que no están conformes son la mayoría de la población que canturrea: Conformidad le pido al redentor para calmar mis penas. Ríen conformes Otárola, los inocuos y deficientes ministros de Defensa e Interior y un cerro de adulones que están cobrando en paila o ¿robando?
Para su conformidad insistimos cuenta con una serie de pajes y adulones—Marchan al frente Otárola y los “¿irreemplazables? De Defensa e Interior. – Pregunta ociosa: ¿Por qué ah?
Que la presidenta quiere ir al exterior: Cómo no mi ama. Se fue la gata los ratones hacen fiesta. Y ojalá que cuando regrese nos vuelva pedir, viaje. Y qué prestos a ello los adulones del Congreso. Con los “sólidos argumentos” tiene que ir para posicionar al Perú entre los primeros del mundo; que va a traer harto dinero … y más paparrucha. ¿Del bolsillo de su majestad Biden?
Para conformidad, está también Otárola: siga Ud. mi ama aquí todo está de maravillas. Y la conformidad se da en todos los estamentos del Estado. Todos los trepados a las ubres del Estado no quieren que se alteren el statu quo.
Suponen Otárola y sus amigos que todo está de maravillas pues “están regalando bonos por aquí y por allá. Menos claro está a los de las FF.AA. – Alguien uno o muchos la tienen contra las FF.AA. ¿Por qué tanta Inquina de Otárola, principalmente? Como civiles antagónicos a los uniformes castrenses … tal vez allí está la Inquina. Se percibe la inclinación caviar solapada de Otárola.
Fiel y obediente a la pareja tempestad: el calzonudo y la dientona. Pero es inaceptable la indiferencia de los generales y almirantes en el congreso…y fuera de él– que no se les oye ni por asomo levantar la voz y reclamar mejoras para el personal de la plana menor. Se llenan los ojos con lo cuantioso que ellos reciben. Estómagos exquisitos. El de la plana menor que coma piltrafas.
El de Defensa, en ese tema, no sabe, no opina. Solo se empeña en comprar colchones con resortes para la tropa. ¿Quién tomó y dispuso ese dinero para esa desnaturalizada compra? Él desconoce… ¿Ud. cree? ¿Se imagina a un soldado cargando un colchón con resortes en una marcha de campaña? Son al final, ingredientes de risa para los de afuera. El de Defensa pone un emplasto: va a averiguar. Ya es crónico que seamos punto de risas extrañas cuando vieran a madama Dina agarradita de la mano de su majestad Joe Biden. Esta mano no me la voy a lavar … en años… alguien dijera.
Finalmente, e insistiendo. Por qué es que se les niega actualización de sueldos y pensiones a los de las FF: AA. Los bonos no son para ellos. La ignominia se agiganta cuando en los hospitales castrenses no hay insumos; no hay medicinas. Solo se escucha permanentemente: “Llame Ud. para ver si es que ha ingresado” Llamada que nunca tiene respuesta en ningún sentido.
((Aquí un paréntesis para graficar)) Hablamos de llamadas, los teléfonos para las FF. AA fueron instalados para “adornar uno que otra carpeta”. Nadie atiende. Caso análogo sucede en una dependencia del Ejército llamada Oprefa. Los pensionistas no se cansan de llamar a esa oficina para indagar como michi hicieron que conocer sus boletas de pago lo hayan diseñado de forma engorrosa. La de siempre, enredar las cosas para ufanarse de inteligentes. Pero eso sí, nadie da respuesta a una llamada. Por tal inconveniente se frustran gestiones para solicitar préstamos o acercarse a instituciones que las solicitan.
