La vigésimo octava Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) en Dubái ha llegado a su primera semana, y ya se vislumbran tanto avances alentadores como desafíos pendientes en la lucha contra el cambio climático. El Mecanismo de Pérdidas y Daños ha sido un punto de debate en esta primera semana, con la operacionalización en marcha.
El Banco Mundial se ha designado como entidad interina para administrar fondos destinados a los países en desarrollo afectados por eventos climáticos extremos. Aunque las promesas iniciales de recursos rondan los 620 millones de dólares. En el ámbito regional, la Amazonía continúa siendo una región fragmentada en términos de la negociación climática, es importante que los países amazónicos comprendan la importancia de este proceso, ya que está definiendo las nuevas reglas para una economía que está cambiando debido a la variable climática.
La región amazónica donde Perú es el segundo país con mas extensión de bosque amazónico luego de Brasil, tiene un papel vital en este contexto. La COP30 se llevará a cabo en Brasil en dos años, y se hace un llamado a la unidad regional, la consolidación de una agenda común y el impulso de estrategias de desarrollo con un enfoque renovado en cambio climático y conservación de la naturaleza.
Es destacable el reconocimiento del vínculo entre salud y clima, así como un programa significativo sobre alimentos, clima y derechos humanos. La presencia de Perú en la COP28 se destaca no solo por su participación en las negociaciones, sino también por su pabellón, donde se exponen temas relevantes relacionados con el cambio climático y la sostenibilidad. Sin embargo, la verdadera fuerza de la delegación peruana se manifiesta en la unión y determinación de la región amazónica, que busca impulsar un desarrollo sostenible hacia el 2050.
La delegación amazónica, con representantes clave como el alcalde de Maynas, la Mancomunidad Amazónica y el sector privado liderado por el Grupo Pro Amazonía, demuestra un esfuerzo conjunto y un propósito compartido. Su presencia destaca la importancia de trabajar en conjunto para cerrar brechas de manera sostenible, especialmente cuando la región enfrenta amenazas significativas debido a actividades ilegales.
La Amazonía peruana está bajo constante ataque, y la inseguridad ha llegado a niveles alarmantes, poniendo en peligro a quienes defienden valientemente la biodiversidad y los recursos naturales. La trágica muerte del Apu Quinto de la región San Martín resalta la cruda realidad que enfrentan los defensores ambientales en la Amazonía. Personalmente siento un profundo pesar y tristeza por la pérdida del Apu Quinto, a quien tuve el privilegio de haberlo conocido. Su memoria debe impulsar un llamado urgente a la acción, la seguridad y protección de los defensores ambientales y comunidades indígenas deben ser una prioridad indiscutible en la lucha contra el cambio climático.
Ellos son los guardianes de la biodiversidad en la Amazonía y contribuyen significativamente a la acción climática en todo el mundo. La implementación de un sistema de justicia efectivo para los defensores ambientales es una acción concreta y necesaria en la lucha contra el cambio climático.
Además de las negociaciones y compromisos en la COP28, es esencial que se establezcan medidas tangibles para garantizar la seguridad de quienes dedican sus vidas a proteger el ambiente. Perú, en este escenario internacional, tiene la oportunidad de liderar no solo en las conversaciones climáticas, sino también guiar la agenda climática. La COP28 es el momento para traducir las palabras en acciones.
