Michael Porter, el gurú de la competitividad, en su visita al Perú dijo: “La corrupción es una de las deficiencias graves que limitan el desarrollo”; luego afirmó que los éxitos pueden irse al demonio si no limpiamos el sistema judicial; y que se debe alcanzar un Estado de derecho (un sistema judicial efectivo sin corrupción), así como instituciones políticas sólidas (estabilidad política y un gobierno efectivo), de lo contrario no retomaremos el crecimiento.
En nuestro país, hay impunidad judicial y nuestro sistema de justicia se ha convertido en obstáculo para la competitividad, por ser corrupto e inseguro.
La confianza es el fundamento de los éxitos y fracasos económicos de un país como el nuestro. Internamente que hacemos, aceptar autoridades que no saben gobernar y tecnócratas que dan recetas y son bien pagados en las consultorías que realizan o están ubicados en puestos burocráticos y dan vueltas en la estructura de Poder en cada Gobierno.
Atención, ministro Alex Miranda, el presupuesto 2024 tiene los mismos defectos de 2023, pero con un escenario diferente, la economía está en recesión (PBI 0%) y para usted la situación actual mejorará y la economía se reactivará con un PBI 2024 de 3.1%. Sin embargo las instituciones especializadas sostienen que creceremos hasta 2% o 0% y seguiremos estancados.
El ruido político genera sensación de precariedad de las autoridades. Esto hace creer que las reglas de juego pueden cambiar rápidamente dependiendo de lo que estamos viendo, afectando a la inversión privada.
Complementariamente, la corrupción le cuesta al país $ 24,000 millones y es una variable no económica que genera temor en los inversionistas porque el riesgo y la desconfianza es mayor y limita el crecimiento.
Surge una pregunta ¿Cómo se puede adoptar una decisión de inversión, que genera empleo cuando no se sabe si lo que sucede puede desencadenar una nueva elección porque se cae el Gobierno o cierra el Congreso?
Los portafolios de créditos se han desacelerado en lo que va del 2023 según la SBS. El de consumo dejó de tener un crecimiento anual de 22,4% en enero a 11,5% en septiembre. Mientras que el de Pymes pasó de un avance de 19,4% a 9,9%. La tendencia para estos dos tipos de créditos es que el crecimiento siga siendo a una tasa menor debido a que las entidades financieras están siendo exquisitas en sus colocaciones ante la recesión.
La tendencia es que el crédito de consumo siga bajando. Igual pasa con las Pymes, que eran los dos créditos con las tasas de crecimiento más altas. Las entidades van viendo que hay un clima en el cual no conviene invertir en un escenario que creían iba a ser mejor que el año pasado.
Para recuperar el crecimiento se requiere la participación del Estado, diferente a la actual; modificar nuestra inserción en la economía mundial, ya que la dinámica económica y los objetivos de empleo y bienestar social no deben ser dejados al libre mercado.
El MEF tiene responsabilidad, ya que se ha manejado dando preferencia a la gestión financiera y austeridad desde su punto de vista de caja del tesoro público y de la inflación cero dejando de lado el bienestar de la ciudadanía. Ha sido un Ministerio de Finanzas.
La economía peruana no tiene rumbo definido (Michael Porter).
“Si la recesión continua y la economía no se recupera, no es por una falla del mercado, sino porque el gobierno reacciona de una forma incorrecta”. Milton Friedman, Nobel de Economía en 1976.