Además de la pena de prisión y la reparación civil, se ha ordenado que Coa Díaz cumpla rigurosas reglas de conducta
El Tercer Despacho de la Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Mi Perú, en el Distrito Fiscal de Lima Noroeste, ha logrado imponer una sentencia ejemplar que resuena en la defensa de los derechos de los animales. La figura central de esta trama, Lincols Peter Coa Díaz, ha sido condenado a 11 meses de prisión por perpetrar actos de inaudita crueldad contra indefensos seres, específicamente, al desatar su violencia sobre un noble compañero de cuatro patas, su propio perro.
La decisión del Poder Judicial no solo marca un precedente legal, sino que también busca restaurar el equilibrio en el reino animal al imponer a Coa Díaz una multa simbólica de 1,000 soles como reparación civil. Esta suma, aunque modesta en comparación con el sufrimiento infligido al inocente animal, tiene el propósito de simbolizar el valor intrínseco de la vida animal y la responsabilidad de aquellos que la atentan.
Además de la pena de prisión y la reparación civil, se ha ordenado que Coa Díaz cumpla rigurosas reglas de conducta, en un esfuerzo por reformar su comportamiento y reintegrarlo de manera constructiva a la sociedad. Sin embargo, la sentencia va más allá de las meras restricciones temporales, ya que se le ha prohibido de por vida poseer mascotas, una restricción que le recordará constantemente la grave transgresión cometida.
El castigo no termina ahí; se le ha impuesto el pago de 90 días multa, una medida financiera que busca no solo penalizar sus acciones, sino también contribuir a la causa de la protección animal. En un acto de claridad jurídica, se ha advertido que cualquier incumplimiento de estas medidas resultará en la reversión de la condena, llevando a Coa Díaz directamente a una prisión efectiva.
Este caso se inició gracias a la denuncia valiente del hermano del acusado el 9 de abril de 2023. La alerta a la Policía Nacional del Perú desencadenó una intervención que reveló la impactante escena de un perro maltratado en la avenida Víctor Raúl Haya de la Torre, en el distrito de Mi Perú. La veterinaria a cargo confirmó las atrocidades sufridas por el animal, detallando heridas causadas por un objeto punzocortante. Este veredicto no solo es un acto de justicia, sino también un claro mensaje de que la sociedad no tolerará la crueldad hacia los seres indefensos que comparten nuestro mundo.
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