Tucker Carlson, controvertido periodista norteamericano, desafió todo el status quo periodístico de Occidente al darle la oportunidad de expresar sus conceptos y verdades al líder de Rusia, Vladimir Vladimirovich Putin (nacido en San Petersburgo en 1952).
Lo tildaron de traidor, vendido y demás epítetos. La Unión Europea quiere sancionarlo prohibiéndole su ingreso a su territorio. Todo este lío por una entrevista no guarda congruencia con los valores de libertad de expresión que enarbola gran parte del “mundo libre”, pero sí coincide con la guerra de propaganda de medios como CNN, DW, France Press, BBC y un largo etcétera que desinforman sobre la guerra entre Ucrania y Rusia, o mejor dicho, entre la OTAN y Rusia.
La guerra de propaganda la está ganando de lejos la OTAN, pero la verdadera, la del campo de batalla, la gana Rusia con todo y sanciones económicas que no sirven para nada, solo para hacer crecer la economía rusa (se espera que crezca casi un 2.5% en 2024, según estimaciones del Banco Mundial).
La entrevista en sí fue hasta cierto punto bastante complaciente. La primera media hora fue una clase de historia rusa, dictada por Putin, me imagino, con la intención de dejar bien claro que Ucrania es parte intrínseca de la madre Rusia, soltando la frase destacable “Ucrania es un estado artificial que se formó por voluntad de Stalin”, aunque para ser estrictos con la historia, el concepto de Ucrania como nación surge de la mente de Vladimir Lenin.
El líder ruso dejó claro que fueron innumerables las veces que los Estados Unidos prometieron a Rusia que la OTAN no se expandiría hacia su frontera, hasta en cinco ocasiones. Si solo se hubiera mantenido la neutralidad de Ucrania y se hubiera dejado su integración a Europa solo a nivel comercial y no militar, muchas vidas se hubieran salvado.
Fue enfático PUTIN en precisar que Occidente es consciente de que es prácticamente imposible que Rusia pierda esta guerra. Su desarrollo y capacidad de producción de armamentos son abrumadores. Y la verdad, si fuera europeo, me lo pensaría dos veces antes de intentar prolongar este conflicto.
Está claro que la Unión Europea se ha metido en este problema, empujada para variar por Estados Unidos. Solo como dato, la cantidad de tanques que posee Rusia es de 6,800 unidades. Ni sumando todos los tanques de los demás países de la OTAN se iguala esta cifra. No ahondaré en el aspecto social en Europa, llena de inmigrantes musulmanes, ni en su juventud contaminada de progresismo y cultura «woke». Ya me imagino a ellos, ellas y elles empuñando un fusil.
Está claro que el mundo no será igual tras esta guerra. Rusia y China encabezan el mundo que no quiere saber nada con la supremacía de los Estados Unidos. Sería bueno que nuestros amigos de norte América entendieran este mensaje y se dedicaran a resolver sus asuntos domésticos, dejando de intrigar y comprendiendo que existen líneas rojas que no hay que cruzar por el bien de la humanidad.
(*) Internacionalista
