Paul Alexander, diagnosticado con polio en 1952, fallece a los 78 años tras pasar décadas en una cápsula de acero
Paul Alexander, quien padeció polio y pasó 70 años dentro de una unidad de asistencia respiratoria, falleció a los 78 años el pasado lunes, según se informó en su página de GoFundMe, donde se recaudaban fondos para él.
«Paul Alexander, ‘el hombre con el pulmón de acero’, falleció ayer«, escribió Christopher Ulmer, quien conoció a Paul en 2022 y organizó la plataforma.
«Después de sobrevivir a la polio cuando era niño, vivió más de 70 años dentro de un pulmón de acero. En esa época, Paul fue a la universidad, se convirtió en abogado y publicó libros«, añadió.
Alexander fue «un ejemplo a seguir» durante siete décadas, desde su diagnóstico hasta su incansable lucha contra esta terrible enfermedad.
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Una vida de superación
Nacido en 1946 en Dallas, Paul fue uno de los afectados por el brote de polio a principios de la década de 1950, cuando se registraron casi 58 mil casos en Estados Unidos, principalmente en niños.
La enfermedad lo afectó severamente, dejándolo paralizado del cuello para abajo e incapacitándolo para respirar por sí mismo.
La solución que los especialistas de la época ofrecieron fue introducirlo en una máquina que le permitiría respirar. Como otros pacientes sometidos al mismo tratamiento, su esperanza de vida era limitada.
Sin embargo, Alexander superó las expectativas y vivió durante siete décadas. Incluso, aprendió a respirar por sí mismo durante breves períodos, lo que le permitía salir de la cápsula.
A pesar de sus limitaciones físicas, logró graduarse de la secundaria y estudiar derecho, obteniendo su título de abogado en la Universidad de Texas en Austin en 1984. Ejerció su profesión durante décadas, representando a clientes en persona en los tribunales.
Con el tiempo, Alexander decidió seguir utilizando la misma cápsula a pesar de los avances tecnológicos disponibles para su tratamiento. En 2015, la cápsula comenzó a presentar fallas, pero fue reparada por un mecánico después de que Paul solicitara ayuda a través de un video en YouTube.
Cinco años después, publicó su autobiografía de 155 páginas, titulada “Tres minutos para un perro: mi vida en un pulmón de acero”, la cual tardó ocho años en completar. Escribió el libro utilizando un lapicero sujeto a un palo en su boca.
En sus últimos años, según informó The Guardian, Alexander estaba confinado a la máquina las 24 horas y comenzó a experimentar problemas de salud, incluyendo una infección respiratoria y dolor en las piernas cada vez que se movía.
En enero de 2024, comenzó a compartir su historia en TikTok, atrayendo la atención de miles de usuarios interesados en su vida.
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