Desde el 2012, se había logrado cierta estabilidad en el sector educativo
En solo 16 meses de gestión, la presidenta Dina Boluarte ha juramentado a cinco ministros en el Ministerio de Educación (Minedu), desatando una crisis sin precedentes en el sector educativo del país. Esta alarmante inestabilidad contrasta con la situación en otros países de la región, colocando a Perú a la cabeza en cuanto a cambios ministeriales en el ámbito educativo.
Comparativamente, en los últimos 10 años, Perú ha tenido el doble de ministros de Educación que países como Chile, Paraguay y Ecuador, y hasta el quíntuple de Uruguay. Esta falta de continuidad en el liderazgo ministerial ha generado un promedio de duración de apenas ocho meses por cada titular de la cartera educativa en Perú, cifra que disminuye aún más durante la actual administración.
Los efectos de esta inestabilidad no se limitan únicamente al ámbito político, sino que tienen repercusiones directas en la calidad educativa del país. Mientras países con una mayor estabilidad ministerial, como Chile y Uruguay, han logrado destacarse en pruebas internacionales como PISA, Perú ha perdido terreno y se encuentra rezagado en comparación con sus pares.
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Para expertos en el tema, esta crisis en el Minedu no es un fenómeno aislado, sino que está estrechamente relacionada con las constantes crisis políticas que ha enfrentado el país en los últimos años. La llegada al poder de Pedro Castillo y la continuación de una línea contraria a las reformas educativas han debilitado aún más la institucionalidad en el sector, llevando a la salida de funcionarios clave y al debilitamiento de la capacidad de ejecución de políticas públicas.
Desde el 2012, se había logrado cierta estabilidad en el sector educativo, con un cuerpo de funcionarios comprometidos con las reformas educativas. Sin embargo, la llegada de nuevos gobiernos y la falta de una política educativa clara han erosionado este progreso, dejando al sector a merced de decisiones basadas en criterios ideológicos y sin considerar las necesidades específicas del sistema educativo peruano.
Es evidente que la crisis en el Ministerio de Educación de Perú va más allá de simples cambios ministeriales, siendo un reflejo de las profundas divisiones políticas y la falta de visión a largo plazo en materia educativa. Mientras no se aborde esta situación de raíz y se restablezca la estabilidad y la institucionalidad en el sector, el futuro de la educación en el país seguirá en riesgo.