Con el fin de evitar ser capturados por la PNP, abandonaron la carga en la ruta del narcotráfico hacia Alto Pichas, Cusco
Las unidades del Frente Policial Vraem lograron un importante avance contra el narcotráfico. Al ser detectados, un grupo de 43 transportistas clandestinos abandonó un cargamento de 876 kilogramos de clorhidrato de cocaína en la ruta principal del tráfico de drogas hacia Alto Pichas, en Cusco. Un traficante fue detenido y ahora colabora para identificar a la red que planeaba transportar la droga hacia Bolivia.
El cargamento de droga, valuado en aproximadamente un millón y medio de dólares en la región de producción, fue manufacturado por tres organizaciones, según los sellos y marcas identificados en los paquetes de droga. Se planeaba transportarlo vía aérea hacia Beni, en Bolivia, y luego a Europa.
La operación fue llevada a cabo por la División de Inteligencia Regional, el Frente Policial Vraem y el Ministerio Público. Inicialmente, se confiscaron 395 kilogramos de cocaína en las siguientes coordenadas: S 12º 12’ 43.17” – W 73º 46’ 0.31”, dentro del distrito de Río Tambo, provincia de Satipo, región Junín.
Las autoridades recibieron información de inteligencia sobre el movimiento de ‘mochileros‘. Al llegar al área señalada, descubrieron mochilas improvisadas conteniendo paquetes de droga y arrestaron a Flauver Nadim López Fernández, de 24 años.
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Un equipo de patrulla adicional fue enviado por tierra a las cercanías del centro poblado Pitirinquini, en el distrito de Pichari, provincia de La Convención, región Cusco. Allí, confiscaron un segundo cargamento de más de 480 kilogramos de cocaína, los cuales estaban distribuidos en mochilas abandonadas por otro grupo de mochileros que escaparon al percatarse de la presencia de la policía.
“Se ha dado un duro golpe al narcotráfico en el Vraem” expresó el coronel Pedro Washington Solórzano Niño de Guzmán, quien lidera la División de Inteligencia Regional y está al frente del Frente Policial Vraem, responsable de las operaciones.
Los transportistas clandestinos pueden llevar consigo de 6 a 12 kilogramos de cocaína, recibiendo un pago de 150 soles por cada kilo que llevan. Además, un grupo de seguridad armado y encargados de la logística alimentaria y de apoyo acompaña a los transportistas.
El traslado comienza en los laboratorios de procesamiento de cocaína, ocultos en la densidad de la selva. Allí, los reclutas reciben la droga para llevarla a pie en una travesía que dura de seis a diez días hasta llegar a las pistas de aterrizaje de Alto Pichas.
Numerosos individuos se desplazan en grupos reducidos de entre 10 y 20 personas. Sin embargo, también se ha detectado la presencia de grupos más grandes, que pueden llegar a sumar entre 100 y 150 personas en total, según la Dirección Antidrogas (Dirandro).