El asilo otorgado por el Gobierno de México a Lilia Paredes, esposa del vacado expresidente Pedro Castillo, quien actualmente se encuentra encarcelado por cargos de rebelión y conspiración contra el Estado de Perú, ha desatado controversia en un sector de la política mexicana, después de que se revelara que Paredes recibe una pensión mensual de 10 mil dólares, así como vivienda y otros beneficios.
El refugio y apoyo financiero otorgado por México a la exprimera dama de Perú, ha colocado bajo el microscopio las decisiones del presidente Andrés Manuel López Obrador y planteado interrogantes sobre su justificación y el impacto en la percepción pública y diplomática entre ambos países.
Para la diputada de la oposición mexicana Mariana Gómez del Campo, en una entrevista concedida al programa 2024, el trato preferencial a Lilia Paredes sería “injustificado” y plantea serias preocupaciones éticas y políticas, en lo que considera un uso indebido de recursos y una falta de transparencia gubernamental.
“No han sido transparentes en el gobierno, merecemos saber la verdad”, dijo la legisladora del Partido Acción Nacional (PAN), quien indicó que, en reiteradas ocasiones, ha demandado explicaciones sin recibir respuesta, señalando una preocupante falta de claridad acerca de la situación migratoria de la esposa de Pedro Castillo en México tras el asilo otorgado en diciembre de 2022.
Además, Gómez apuntó hacia una disparidad en el trato de asilados, insinuando que beneficios similares no se extienden a todos y que están reservados únicamente para quienes López Obrador considera “sus aliados”.
Se ha especulado que la esposa e hijos de Pedro Castillo residen en la colonia Roma, un distrito exclusivo en la Ciudad de México. Este enclave residencial es conocido por su prestigio y lujo. Paredes y su familia cuentan con entre dos y tres guardaespaldas, y hasta un chofer, que los acompañan en sus desplazamientos.