Los partidos que integrarán la coalición se comprometen a apoyar a Ucrania «política, militar, financiera y moralmente»
El acuerdo de los partidos de la extrema derecha y el centroderecha para el próximo Ejecutivo neerlandés plantea bajar los impuestos, recortar el subsidio de desempleo y estudiar el traslado de la embajada en Israel a Jerusalén
Los líderes de los cuatro partidos que han alcanzado un acuerdo provisional de Gobierno en los Países Bajos presentaron ayer las 26 páginas en las que se sustenta el pacto alcanzado el miércoles y valoraron su alcance. Tras casi seis meses de complejas negociaciones, las cuatro formaciones han acordado bajar los impuestos, recortar prestaciones para reducir el gasto público, reducir el gasto administrativo, bajar la partida para ayuda al desarrollo de terceros países y aprobar «la política de asilo más restrictiva de la historia», en palabras de Wilders, que fue el ganador de las elecciones del pasado 22 de noviembre.
La impronta del partido de Wilders, que hasta las elecciones defendió varias medidas casi antisistema, se nota en la línea muy dura impuesta a las políticas de inmigración, así como en algunos recortes sociales. De hecho, Wilders ganó las elecciones de noviembre con diferencia (37 escaños frente a los 25 del segundo partido más votado). Y la mayoría de las encuestas le dan hoy muchos más escaños gracias a la visibilidad ganada en las negociaciones con las formaciones del centroderecha.
También puedes leer:
Midis realiza visita de seguimiento en ollas comunes de San Juan de Miraflores
Precisamente fueron la inmigración y las políticas de asilo las que hicieron saltar por los aires el pasado verano el anterior Gobierno dirigido por Mark Rutte. La inmigración, junto con la inseguridad creciente y la vivienda, es uno de los principales desafíos que afrontará el futuro Ejecutivo, que probablemente tendrá un fuerte carácter tecnocrático.
El pasado marzo, Wilders, líder del Partido por la Libertad (PVV), dio un paso atrás y renunció a dirigir el Gobierno ya que los demás partidos rechazaban que fuera él el futuro primer ministro por sus pasadas propuestas radicales, a pesar de que ganó las elecciones con 37 escaños. Los otros tres líderes del Partido Popular por la Libertad (VVD), del Nuevo Contrato Social (NSC) y del Movimiento Ciudadano-Campesino (BBB) también se comprometieron a no formar parte del Ejecutivo.
En materia de asilo, el documento señala que el nuevo Gobierno «aprobará medidas concretas para aplicar las medidas más duras» y adoptará un paquete global que permita «controlar la inmigración». Las cuatro formaciones han acordado pedir a la Comisión Europea que los Países Bajos pueda prescindir «lo antes posible» de las reglas comunes sobre política de asilo, como ya hizo Dinamarca, lo que técnicamente se llama una «cláusula de exclusión» en esta materia.
No obstante, el propio Geert Wilders reconoció en declaraciones a AFP que esa derogación, de la que ya goza otro país vecino «llevará años». «Intentaremos lograr la llamada cláusula de exclusión sobre el asilo, como la que tienen los daneses. Pero podría llevar años conseguirlo», ha dicho el dirigente ultra.
Antes de conseguir esa excepción europea, Wilders insistió en que a corto plazo, el nuevo Gobierno conservador empleará la legislación existente en la UE y en su país para restringir al máximo lo que denominó como «un flujo excesivo de demandantes de asilo».
«Lo que tenemos en nuestro acuerdo es realmente la política más dura contra el asilo jamás aplicada en Países Bajos», dijo el líder del PVV, que promete aplicar controles fronterizos para prevenir las llegadas de solicitantes de asilo y la expulsión inmediata de los que no tengan un permiso válido de residencia, «por la fuerza si es necesario», añade el programa de gobierno, o recortar los reagrupamientos familiares.
En política exterior, el ultra Wilders renuncia a su anterior euroescepticismo -llegó a defender un referéndum para salir de la UE- al reconocer la vocación de los Países Bajos como «un socio constructivo de la Unión Europea». El documento se muestra también «muy crítico con una mayor expansión de la UE», con lo que La Haya podría poner objeciones a la próxima y prevista ampliación de la Unión hacia el Este.
Los partidos que integrarán la coalición se comprometen a apoyar a Ucrania «política, militar, financiera y moralmente». Igualmente, reafirma «el derecho a la existencia y a la seguridad de Israel» en plena guerra en Oriente Próximo y se compromete a estudiar el posible traslado de la embajada de los Países Bajos en este país de Tel Aviv a Jerusalén. La mayoría de los gobiernos del mundo tiene su embajada en Tel Aviv, pero los israelíes consideran Jerusalén su capital «eterna e indivisible».
Por eso, algunos ejecutivos nacionales han llevado a cabo este traslado -como el de Donald Trump en Estados Unidos- como un gesto de apoyo a la línea israelí más dura. Lo mismo ha prometido que va a hacer el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, lo que tiene una especial significación en plena guerra contra Hamas.
BAJADAS DE IMPUESTOS
El acuerdo de Gobierno también contiene medidas de carácter liberal, como una bajada de impuestos a las rentas medias con la creación de un nuevo tramo del IRPF neerlandés. Esta rebaja supondría una caída de la recaudación de 2.000 millones de euros al año. El futuro Ejecutivo también quiere recortar los impuestos al gas y prorrogar la bajada de la tasa de los carburantes hasta 2025.
El documento incluye algunas subidas puntuales de impuestos directos, como el IVA de las pernoctaciones en los hoteles o el IVA de la cultura.
AHORRO ANUAL DE 4.700 MILLONES
Por último, el futuro Gobierno contempla importantes recortes que ascienden a un ahorro anual neto de 4.700 millones, según el documento. Entre las bajadas más significativas, destaca una rebaja en 2.400 millones de euros en cooperación al desarrollo o una reducción de las prestaciones